¿Un periodista puede echar mano de la duda razonable en su trabajo? El periodista debe echar mano de la duda razonable en su trabajo. Mal puede ser periodista la persona que no duda todos los días. Duda el que quiere ver confirmada una verdad en todas sus partes, y es lo que corresponde al periodista que ha aceptado, como parte principal de su trabajo, defender la buena fe de sus receptores y, por tanto, quiere impedir que los engañen. Por eso busca la confirmación plena de sus informaciones a partir de preguntas constantes. Duda, y por tanto pregunta, el que no se conforma con una primera versión, comunicado o respuesta de un entrevistado. Esta es parte principal en la tarea profesional del periodista para quien lo suyo no es solamente transmitir lo que otros dicen o escriben. Para ir más allá de esa tarea pasiva de mensajero, el periodista amplía la información que recibe, somete a juicio crítico cuanto le dicen o lee y todo lo que las demás personas comentan. Dudar, preguntar y confirmar son actividades permanentes en su oficio. Duda el que quiere saber más; solo los que creen saberlo todo, o los dispuestos a aceptar pasivamente el saber de los otros, o los que creen saberlo todo sobre algo o sobre alguien, no dudan. Estos convierten sus espacios periodísticos en casas de citas ajenas. El periodista, en cambio, siempre quiere saber más, conocer la cara oculta de la luna, ir más allá de lo que todo mundo ve o conoce sobre los hechos. Por eso nunca se le agotan las preguntas y es un insatisfecho con las versiones que los otros le dan. A través de la duda descubre nuevas versiones, llega hasta los detalles que habían sido silenciados o que otros consideran inútiles, y deja en evidencia las mentiras, las inexactitudes o los errores con que se puede alterar la visión de la realidad. Es, pues, un deber el de la duda para quien tiene el compromiso de defender a los receptores de su información de cuantos quieren engañarlo, o de los que son víctimas de sus limitaciones para conocer, y no lo saben. A través de la duda uno tiene la conciencia de ser un comprometido con la verdad. Por tanto el periodista piensa que si duda es porque existe.
Documentación.
He aquí algunas sugerencias producto de años de experiencia:
• Use las fuentes como un punto de partida para conseguir la noticia. Asegúrese y compruebe, y vuelva a comprobar con otras fuentes. Investigue lo suficiente para encontrar los hechos que den soporte a la noticia. Un viejo editor decía: para un reportero experimentado citar una fuente es una herramienta; para uno que no lo es, resulta una muleta.”
• Mantenga una actitud escéptica. No dude en descartar los avisos de sus fuentes, si estos no tiene fundamento.
• Tenga cuidado con las fuentes confidenciales. Un reportero decía que él siempre se levantaba cuando un funcionario decía que sus comentarios no eran para ser publicados. En la práctica usted sólo escuchará cosas si acepta no publicarlas, o publicarlas sin mencionar el nombre de la fuente. Si lo que dice el informante es cierto usted lo podrá verificar más tarde con otras fuentes.
• Conforme usted conozca más gente y se involucre más en su comunidad, usted sabrá identificar rápidamente a las personas que saben lo que está pasando. Desarrolle un sistema para poder localizar con rapidez a estas personas.
• Ya sea que usted esté escribiendo sobre asuntos nacionales o locales la regla básica es que mientras más información obtenga sus juicios serán más sólidos y su trabajo será más verídico. Por bien escrita que esté una información no puede disimular cuando los fundamentos no han sido debidamente investigados. Leonard Ray Teel y Ron Taylor en Sula de Redacción., Gernika, México 1983. Pp 67 y 68.