Siendo periodista del diario El País, de Montevideo, fui enviado especial una vez más, era la tercera, a la Antártida. El viaje se realiza a través de aviones de la Fuerza Aérea Uruguaya, que administra el Instituto Antártico Uruguayo. En esta nueva experiencia periodística constato y así lo registro, una grave anomalía.
En este vuelo viajaron unas diez personas amigas del entonces titular del Ministerio de Defensa Nacional. Esas personas sólo fueron a hacer turismo, incumpliendo además el manual de vida de las bases antárticas por culpa de ellas y de quien las autorizó a viajar, científicos uruguayos se quedaron en Montevideo.
La denuncia fue hecha por el representante del Ministerio de Educación y Cultura, pero también conviví con esa anomalía. De retorno a la redacción escribo una serie de notas. Fui despedido más tarde. ¿Debería seguir adelante con esos temas, pese a no estar trabajando en ningún medio uruguayo, o debo olvidarme de ellos?
El periodista asume sus tareas por lealtad:
Hacia la sociedad.Hacia su país.Hacia la comunidad internacional.Hacia su medio de comunicación.
Esta escala de lealtades es la que definen los códigos de ética y demuestran, en su caso, que el trabajo en un medio u otro es lo accesorio la máxima lealtad es la que se debe a la sociedad.
Por esa razón, cuando un periodista encuentra una información que es necesaria para el bien de la sociedad y tropieza con la renuencia de ese medio a publicarla, es legítimo buscar otro medio, aunque sea de la competencia, para comunicarla a la sociedad, a la que se debe la máxima de las lealtades.
No siempre lo entienden así los medios, ni los periodistas, porque no se toma en serio que la información es un bien social, no es propiedad particular de ningún medio. Su información sobre las irregularidades en los viajes a la Antártida no es propiedad de ningún medio, se le deba la sociedad. Al medio se le ha dado en concesión el manejo de la información y se hace merecedor de ese derecho en tanto en cuanto sirva como mediador efectivo. Lo pierde cuando impide la llegada de esa información a la sociedad.
Documentación.
En la doctrina expuesta por Carlos Soria y José María Desantes y otros autores, el llamado sujeto pasivo o receptor del derecho a la información es conocido como sujeto universal". Estos autores reconocen que el derecho a la información corresponde a todas las personas, tanto físicas como jurídicas. Como consecuencia de ello se estima que todos los estados y las empresas periodísticas son titulares del derecho a la información.
Por razones de especialización originadas por el avance de la técnica y la profesionalización, tanto Desantes como Soria admiten que las empresas periodísticas y los periodistas cumplen una laqbor delegada del ejercicio del derecho, a favor del llamado sujeto universal. Es entendible que no toda persona puede en la sociedad actual, como nunca pudo en la de hace un siglo, adquirir la tecnología para instalar su propio instrumento difusor de información.
La empresa periodística es una realidad inevitable que solo puede cumplir la labor de informar como consecuencia de ser titular del derecho y de una delegación que, por razón de utilidad e interés público, le ha hecho la sociedad civil, conformada por los sujetos titulares de derecho.
Esa delegación conlleva un deber para las empresas y los profesionales, el deber profesional de informar.
Como consecuencia de ello, este deber de informar hace que el periodista y la empresa se deban, en primer lugar, al sujeto universal de la información.
El periodista no se debe, por tanta la empresa y la empresa, no se debe, como lo permitió el concepto de libertad de prensa, al lucro y la conversión de la información a la categoría de simple mercancía.
La información, y en especial aquella que se transforma en noticia para difundir por los medios, no puede ser inexacta, tendenciosa, parcial. Es deber de las empresas difundir información exacta y veraz.
Luis Sáenz Zumbado.
En Los derechos de los ciudadanos frente a las tareas de información. Mesa redonda en Sinergia, 11-95. Publicación del Colegio de Periodistas de San José de Costa Rica.