Trabajo en un medio de comunicación mexicano. El consejo editorial está interesado en implementar una sección dedicada al defensor del lector u ombudsman. Tenemos una duda: ¿el papel del ombudsman debe recaer en una persona del periódico o en un personaje ajeno a él?
Muchas veces los medios de comunicación asumimos con muy poca responsabilidad nuestro papel de difundir la información y ante ello, los lectores se sienten agredidos. Queremos ejercer la libertad de expresión en los dos sentidos, que el lector pueda denunciar los errores en que incurre el diario y que el diario, a su vez, publique y responsa a esas quejas.
La procedencia del Defensor del Lector es un asunto secundario. Lo importante es que se trate de una persona independiente y de una honestidad por encima de toda sospecha. Si esto se da, no importa que sea del periódico o persona ajena a él.
En algunos medios el Defensor es un abogado o antiguo magistrado, que asume su función como una magistratura encargada de resolver, en justicia, los conflictos entre periódico y lectores. Sin embargo otros medios encuentran más útil la presencia de un periodista veterano, que utiliza a la vez su experiencia y su autoridad moral sobre sus colegas, para desempeñar eficazmente su cargo. Pero sea un magistrado o un viejo periodista, lo fundamental es que sea independiente y honesto. A partir de esas condiciones puede cumplir una doble tarea:
De representación del lector cuando se queja, cuando aplaude y estimula, o cuando propone. Es la tarea relacionada con asuntos del momento.
De enseñanza dirigida a lectores y a periodistas, sobre los problemas diarios del periódico. Los lectores necesitan saber cada vez más sobre su periódico, sobre sus periodistas, para sentirse cercanos a ellos.
El periodista necesita la ayuda de alguien con experiencia para afrontar los dilemas éticos y técnicos de cada día. Esto le ayuda a fortalecer su credibilidad.
Documentación.
El Defensor del Lectores el funcionario que dentro de El Tiempo, vela por los intereses del lector, los defiende y lo representa en la Redacción del periódico. Su misión principal consiste en procurar que se cumpla el propósito del periódico de mantener una relación de total transparencia y equidad con sus lectores. El cargo del Defensor del Lector equivale al del Ombudsman de otros países.
La relación entre los periodistas de la Redacción de El Tiempo y el Defensor del Lector es la misma que se podría establecer directamente entre un redactor y un lector. Por lo tanto, no es una relación de dependencia. El Defensor del Lector no está en posición jerárquicamente superior ni inferior a la de ningún miembro de la Redacción. Sus funciones son totalmente independientes y autónomas.
El Defensor del Lector debe ser enterado, con la mayor brevedad posible, de todos los errores de información, de coordinación, de enfoque o de manejo periodístico que puedan aparecer en el periódico. La notificación de estos errores al Defensor del Lector, es responsabilidad del redactor que los haya cometido y del editor de la sección respectiva. El aviso al Defensor del Lector debe incluir la entrega de cualquier carta, comunicación o documento escrito que se haya recibido de lectores o protagonistas de informaciones que hagan reclamos.
El Tiempo, de Bogotá.En Manual de Redacción. Capítulo 7, dedicado al Defensor del Lector.