¿Quiere explicarme cuál es el papel y el problema de los valores en la ética?
La respuesta supone varios pasos:
Cuando uno tiene delante de sí una persona, alguna cosa o alguna ocasión ( una invitación, una propuesta de trabajo o de estudio) uno busca conocerla, comparar, clasificar y, además, la estima o desestima, la prefiere o la rechaza, es decir, la valora, le da o le resta un valor.
Uno entra a preguntarse si esa estimación es real, o aparente. Es decir, si ese valor existe o es una suposición. Esta es una operación difícil porque uno no está capacitado para percibir todo lo que es valor. Para muchas personas es difícil saber por qué una pintura tiene valor artístico o una composición musical, o un poema, o una pieza de teatro. En lo ético también opera un mecanismo que permite diferenciar lo bueno (lo que tiene valor ético) y lo malo (lo que carece de él)
Supuesta esa capacidad para percibir los valores, viene un tercer paso: la afinación de esa capacidad es decir, la habilidad para descubrir y apreciar esos valores. Volviendo al ejemplo anterior, a más sensibilidad artística, mayor lucidez para descubrir valores artísticos a mas sensibilidad ética, mayor capacidad para encontrar valores éticos.
De todo lo anterior se concluye que los valores están ahí, en las personas, en las cosas, en las situaciones. Por eso son reales, pero su realidad no es física, ni se confunde con el color, la forma o la apariencia externa de algo. Tiene que ver con todo eso, pero es algo más que permite decir que algo es bello, armónico o feo, o inarmónico o que alguien es justo, o sabio, o libre.
Documentación.
El mundo de los valores no solo es espinoso, sino también muy variado, porque existen distintos tipos de valores de los que echamos mano para acondicionar nuestra existencia, y no sólo valores morales.
Hay distintos tipos de valores, cada uno de los cuales se considera, a su vez, desde dos polos, el positivo y el negativo. Todos los valores positivos son importantes para organizar una vida humana en condiciones, porque una existencia que no aspire a la alegría, a la utilidad, a la belleza, a la justicia o a la verdad, tiene bien poco de humana pero también es verdad que no todos los valores son importantes en el mismo sentido.
Existen distintos tipos de valores:
Sensibles: placer, dolor, alegría, pena Utiles: capacidad, incapacidad, eficacia, ineficacia Vitales: salud, enfermedad, fortaleza, debilidad Estéticos: Bello, feo, elegante, inelegante, armonioso, caótico Intelectuales: Verdad, falsedad, conocimiento, error Morales: justicia, injusticia, libertad, esclavitud igualdad, desigualdad honestidad, deshonestidad solidaridad, insolidaridad Religiosos: sagrado, profano.
Entre estos valores existen unos específicamente morales, como la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, la tolerancia activa, la disponibilidad al diálogo, el respeto a la humanidad en las demás personas y en la propia.
Estos valores se especifican al menos por tres factores:
Dependen de la libertad humana, lo cual significa que está en nuestra mano realizarlos. Porque dependen de la libertad humana, no pueden atribuirse ni a los animales, ni a las plantas, ni a los objetos inanimados. Una vida sin estos valores está falta de humanidad, por eso los universalizaríamos es decir, estamos dispuestos a defender que cualquier persona debería intentar realizarlos.
Ahora bien, propio de la vida moral son, no solo los valores morales, sino también la disponibilidad de la persona para realizar distintos valores, sean o no morales, integrándolos a una forma plenamente humana. Es decir, la predisposición a encarnar valores de utilidad, de salud o estéticos, pero organizándolos de modo armónico.
Adela CortinaEn El mundo de los valores. Cancillería de Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana. 1997.