Me indigna ver a los medios de comunicación de mi país defender sus intereses económicos. El caso del canal 4 es patético: el dueño vendió la programación y la moral por un millón de dólares mensuales. Los periodistas siguieron trabajando en periódicos y noticieros sabiendo que defendían un régimen dictatorial. La mayoría se escudaron en que en el país no hay trabajo y tenían familia que mantener. Una conductora de un noticiero dijo que era una marioneta y que trató de hacerlo lo mejor que pudo y que lo que decía no era ni lo que ella pensaba, ni su ética, ni nada ¿qué pensar de todo esto? Las conductas personales sometidas a examen por la colaboradora no pueden ser tema de este consultorio, que no debe convertirse en tribunal. En efecto, el único juez ético válido, es la conciencia de cada persona que, ante cada hecho concreto, valora sus circunstancias propias y percibe, de acuerdo con su sensibilidad, los valores éticos, dos factores que ningún juez o tribunal externo puede llegar a medir.
Casos como los que se plantean en la pregunta permiten recordar valores éticos aplicables en esas situaciones y le sirven a cada uno para juzgar su propia conducta y para reafirmarse en sus principios y normas o para rehusarlos. Teniendo estas necesarias advertencias, estas son las consideraciones éticas aplicables en este caso: La naturaleza y función de los medios de comunicación en una democracia es similar a la del ágora en la Grecia Antigua. Son los espacios desde donde la población participa en la construcción y fortalecimiento de la democracia, a través de la palabra. Hoy, los medios, como ágoras electrónicas, potencian esa palabra para servicio de la población. Contradice y degrada la naturaleza de los medios, ponerlos al servicio de cualquier poder distinto al de la población. Esta explicación, expuesta aquí en anteriores oportunidades, es aplicable en este caso, que permite volver sobre la función social que los medios de comunicación están llamados a cumplir. La reacción de rechazo, cuando un medio deja de oír a la comunidad y de hablar con su voz, para potenciar la voz de los poderosos, es explicable De lo anterior se desprende otra consecuencia: el ejercicio de la profesión periodística no puede desligarse de su función social. Al contrario de otras profesiones, esta tiene que ver con los intereses, el presente y el futuro de toda la sociedad. Un mal ingeniero afecta al reducido grupo que utiliza sus obras un mal periodista afecta a toda la sociedad, de modo que cuando un periodista, para resolver el problema del sostenimiento de su familia opta por ser un mal periodista, con prácticas deshonestas, pone en peligro un bien de la sociedad que es la información libre, para resolver un problema personal. Es evidente la asimetría: problema personal vs. interés de toda la sociedad. Como no se puede poner en peligro a toda la sociedad para que alguien sostenga su familia, lo único lógico
Documentación.
La democracia y la prensa tienen una interrelación que no puede olvidarse. El sistema se nutre de la fuerza que tenga el conocimiento detallado de los hechos.
El aliento universal de la prensa en Estados Unidos tiene su justificación en la circunstancia de que está proponiendo siempre una manera de conservar la democracia. Y eso se alcanza debatiendo los temas. Por eso, no puede en la noticia, existir interferencia ni del gobierno, ni de los intereses económicos. De allí que no se considere adecuado que el gobierno compita con la prensa comprando sus propios periódicos, tele periódicos o radioperiódicos. No se concibe la prensa escrita por empleados públicos.
La tesis es clara: sin una información suficiente el público no puede evaluar los resultados del sistema, ni la sabiduría de los interesados que gozan de tanta confianza pública. Quienes rechazamos toda forma de totalitarismo, quienes no justificamos la dictadura para garantizar la felicidad que, desde luego, no puede alcanzar sino la parte sometida al régimen quienes pensamos en un pueblo participante en la conformación de su futuro social, consideramos que una prensa abierta y dinámica es indispensable para que la comunidad sea dueña de su propio destino.
Otto Morales Benítez.
En Reflexiones sobre el Periodismo. Ediciones Avance. Bogotá. 1982.