Consultorio Ético de la Fundación Gabo
20 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Aquí en México se dice que perro no come perro, para significar que entre periodistas no nos hacemos críticas en público, porque sería faltar a la lealtad entre colegas, que es un principio ético. Pero ¿qué tanto obliga esa lealtad? El apoyo entre colegas es válido como actitud ética si sirve para mejorar la calidad ética y técnica de la profesión. Si es para encubrir fallas, abusos o actitudes deshonestas, en vez de lealtad es complicidad. La línea que separa lo leal de lo cómplice no es delgada, es demasiado gruesa como para que haya lugar a la equivocación.
La tolerancia cómplice de los errores en el ejercicio de la profesión le hace perder credibilidad al gremio y ésta sería causa suficiente para denunciar en público las conductas que desacreditan a todos además, esos errores le hacen daño al público que, al perder su fe en la información periódica, queda indefenso y perplejo. No se puede olvidar que existe una relación estrecha entre buena información y democracia saludable, por tanto cuanto deteriore o envilezca la calidad de la información, pone en riesgo la democracia, que es lo que ocurre como consecuencia de los errores y abusos del periodista. Encubrir esos errores, es estimularlos porque impide su corrección, y a la sombra de esos silencios � aparentemente leales al gremio � crece el daño a la sociedad y a la democracia. Es preferi

Documentación.

-"Sabes la diferencia entre Dios y un periodista?
-No. Claro.
-Pues que Dios sabe que no es periodista."

¿Qué les pasa a los medios? ¿Se consideran más allá de los poderes? ¿Se han ensoberbecido ante su enorme influencia? O al contrario, ¿han llegado a tal realismo que se reconocen por encima de la sociedad y de cualquier entrega de cuentas? Por dondequiera, pueden hallarse muestras de la actuación de medios de comunicación irresponsables. En Inglaterra publican conversaciones íntimas de la familia real, en Estados Unidos la deificación de la violencia es cotidiana, en México el sensacionalismo cabalga sobre la nueva libertad de la prensa, en Francia un exprimer ministro se suicida ante el acoso de los medios. Jean Daniel, el agudo director de Le Nouvel Observateur, se levantaba no ha ce mucho contra los falsos asombros y encontraba
" una peculiar mojigatería en escudarse en la libertad de prensa cada vez que alguien de fuera pretende poner en cuestión nuestro oficio. ¿Desde cuándo se supone que estamos, por su puesto que no por encima de las leyes, pero sí de las costumbres, de los códigos, de la decencia, de la ética colectiva o íntima?"
Para luego considerar que la muerte de Pierre Beregovoy pudo haberse debido, en parte, al funcionamiento de los medios de comunicación. Sin embargo resulta curioso cómo los medios de comunicación de masas, tan agresivos para examinar el desempeño del resto de los actores sociales y políticos, no lo son con ellos mismos. Menos aún existen pautas para evaluar sus efectos más allá de asuntos circunstanciales.

Raul Trejo Delarbre.
En Volver a los Medios. Ediciones Cal y Arena. México D.F. 1997.

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