Consultorio Ético de la Fundación Gabo
20 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Hay dos bloques en conflicto, el gobierno y los campesinos y maestros.El gobierno tienen una última carta que jugar (sicológica, por cierto):usar la violencia y sacar a las Fuerzas Armadas para reprimir yrestituir el orden al país. El periodista consigue la información,reservada, de que el total de los soldados ya está en las calles ycarreteras, que hay descontento y cansancio de los uniformados y quierenvolver a sus cuarteles, que el ejército no tiene gasolina para llevarsus tanques a la zona de conflicto, que las tanquetas son obsoletas yestán en desuso, y que para desbloquear caminos se necesitan orugas queel ejército no tiene. Si se difunde esta información seguro que tendráalgún efecto en los manifestantes y desnudaría la precariedad delgobierno. En otras palabras, alentaría más a los descontentos el saberque su rival no es lo que pensaba y llevaría a más violencia. ¿Quéhacer? ¿Lanzar la información o esperar que pase el conflicto pararelatarla como una buena anécdota, o no la publica aunque sería unaprimicia nacional y al medio le asegura una buena "patada" contra lacompetencia?
A los periodistas que han afrontado situaciones como esta, les haservido, como criterio, el de preferir el bien de las personas alprovecho propio o del medio de comunicación. Este principio descartaría,por tanto, la motivación de asegurarle una buena "patada" a lacompetencia.
Descartada esa motivación, hay que considerar el efecto que se seguiríasi se da la información. El sentido de responsabilidad implica lacapacidad para responder por lo que se publica y por las consecuencias.Y si el efecto previsible es una intensificación de la violencia, esevidente que el periodista y el medio deben descartar cualquierpublicación que los convierta en promotores de actos violentos.Cabe preguntar, sin embargo, si es seguro que ese será el efecto de lainformación. Dadas las circunstancias, se podría estudiar laposibilidad de que, conocidas las debilidades y la escasa motivación delejército, y enfocada la información hacia una solución política delconflicto, la prensa contribuyera a una victoria de la racionalidadsobre la fuerza. Es una posibilidad que podría estudiarse.

Documentación.

Hay que decir que en una democracia ninguna decisión se toma ensolitario. Existen instituciones destinadas a controlar y ayudar en latoma de decisiones. Si hubiera voluntad inequívoca de aplicar bien ytodo lo que los estatutos o las leyes establecen, los conflictos noexistirían. Pero aplicarlo significa no solo tenerlo escrito, sinohacer el esfuerzo de penar y consensuar qué significan en concreto losprincipios enunciados en abstracto.
No sólo el derecho a la información es básico en una democracia sino quela salud de la democracia y de la participación ciudadana depende de lacantidad y de la calidad de la información que se distribuya. No todainformación es igualmente pertinente, interesante, útil o buena. Tampocoes legítimo informar de cualquier manera. No todo lo que de hecho pareceinteresar o atraer al público se corresponde automáticamente con eso quellamamos "interés general."
Si los medios de comunicación quieren servir a la democracia yresponsabilizarse de ese servicio, deben combatir, sin anularlos, losdos poderes que los tiranizan: el mercado y la técnica. Ambos son loselementos de una modernización que no siempre significa progreso humano.

Victoria Camps.El malestar de la vida pública.

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