Como periodista activa me he enfrentado en los últimos días a una petición reiterada de las fuentes para que les entregue el cuestionario de la entrevista por anticipado. Argumentan que deben preparar los insumos, que deben hacer consultas internas con su jefe que exige estar enterado de los detalles. El periodista tiene como norma y principio de su relación con las fuentes, mantener su independencia con el fin de asegurar su lealtad al receptor de la información. La fuente ha de ser mirada como una ayuda para servir una mejor información y nada puede comprometer la calidad de esa información, ni siquiera los intereses de la fuente. Sin embargo, prácticas como la de la revisión previa de las preguntas de una entrevista, o de su transcripción, son rechazadas en principio por los periodistas que ven en esa vista previa una intervención indebida de la fuente. Pero esto no es una regla absoluta, más aún no se puede calificar como un principio sino como una norma Habrá casos en que esa lectura anterior aporte elementos para hacer la entrevista más exacta y completa, o para eliminar inexactitudes o temas secundarios. Una entrevista sobre física cuántica, por ejemplo, agradecería esa revisión. En cualquier caso el elemento determinante será el criterio del periodista, guiado por su voluntad de servir al receptor antes que a la fuente. La renuencia a aceptar esa intervención de la fuente se explica porque se trata de poner a los lectores en contacto con una fuente, y esos contactos han de ser espontáneos, sin artificios ni trucos de propaganda; es un encuentro para saber cómo es y cómo piensa la fuente y no para escuchar piezas preparadas o discursos escritos. El retoque de la fuente puede convertir la entrevista en propaganda, esto es, verdad a medias. No hay, pues, una norma absoluta sobre este tema. La actitud del periodista será tanto más apropiada si la dicta su voluntad de ofrecer la mejor información al receptor.
Documentación.
¿Qué obligaciones tiene un reportero con sus fuentes?
...Leerle la historia antes de publicarla es un acuerdo válido pero no muy conveniente pues la fuente va a querer modificar ciertas cosas de la historia. Sin embargo, si es la condición que pone para hablar y la información es valiosa para el lector, es mejor ceder. Lo que sí se puede acordar es que la fuente autorice o no, la historia irá sin cambiarle nada. Juanita León: La relación entre periodistas y fuentes. Proyecto Antonio Nariño. Bogotá, 2004. P.18 El no mostrar un artículo a la fuente es una regla de procedimiento, no un principio en sí mismo, es una norma de operación que pretende conservar my respetar un principio. La regla contraria a permitir a una fuente leer un artículo con anticipación es buena porque reconoce que los periodistas deben conservar el control de su trabajo. Como se ha definido, un principio es una forma de valor, una guía cuya valía no se limita a sí misma sino que también afecta el comportamiento. En ocasiones los principios parecen entrar en conflicto, la veracidad y la independencia, por ejemplo. El reportero que cede a buenas razones para mostrar su artículo a la fuente parecería conceder una relatividad a los principios. El término puede ser pernicioso y peyorativo, pero se vuelve preciso si se implica que el reportero debe buscar para ver si existen situaciones objetivas que justifiquen una excepción a la regla. Richard Morrill presidente del Centre College en Danville, escribió: “los valores originales, esos patrones de elección a través de los cuales los seres humanos están capacitados para evitar situaciones insuperables y posibles situaciones así como crear un futuro abierto, esos valores constituyen una expresión de complementariedad entre la condición humana y el mundo.
Si existe un mundo real, entonces los valores son objetivos Es bueno advertir que tener valores y participar en un diálogo no garantiza tener un comportamiento ético. Parece lógico suponer que una organización noticiosa que subraye los valores, mediante un código, un diálogo racional y el comportamiento ejemplar de sus líderes, tenga mejores probabilidades de fomentar un comportamiento ético en sus empleados.”
Desmond Lambeth: Periodismo Comprometido,. Noriega Editores, México, 1996. P 173, 174.