Consultorio Ético de la Fundación Gabo
26 de Julio de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

La discusión sobre el espionaje electrónico de Estados Unidos en el mundo está haciendo pensar que es legítimo intervenir teléfonos y entrar en la intimidad de otros para obtener información. Desde la ética, como se ve esa práctica. R.- Se puede considerar como una crisis de la intimidad cuanto sucede en nuestro tiempo. El poder de la tecnología digital, puesto al servicio de los estados, se manifiesta en esta invasión de lo privado, primero, y de la soberanía de los estados, después.
Es posible el abuso porque, como si se regresara a períodos primitivos que se creían superados, predomina la ley del más fuerte en materia de tecnología. A pesar de todo, el derecho a la privacidad sigue siendo lo propio de la dignidad de las personas y como un reducto en el que los humanos pueden ser ellos mismos.
Es la razón por la que el periodista considera que es un deber ético mantener invioladas las fronteras que separan lo íntimo y personal, de lo público y expuesto a las miradas de todos. Esa actitud de respeto le da al periodista un peso moral y fortalece su credibilidad y su influencia en la vida de la sociedad.
Documentación
Para quienes abogan por los derechos humanos, la libre expresión es el principio fundamental en un estado liberal democrático. A menudo se pasa por alto, sin embargo, que el derecho a la privacidad también es una manifestación de autonomía individual. Un área de privacidad nos permite un cierto nivel de control sobre nuestro destino y de nuestra reputación, sin la influencia y las presiones indebidas del resto de los miembros de la sociedad civil o del gobierno. En un sistema democrático existe, tanto una necesidad política como una necesidad psicológica para justificar la privacidad.
Y la necesidad política de privacidad se manifiesta en nuestro deseo de ser libres de la vigilancia del gobierno y del poder coercitivo del estado. Información es poder, y mientras más información tiene el Estado acerca de nuestras actividades y vidas privadas, mayor control puede ejercer sobre nuestros destinos. Los regímenes totalitarios se caracterizan por una notable ausencia de privacidad, lo que ha llevado a la virtual eliminación de la sociedad civil dinámica, al tiempo que se forma una población servil en alto grado.
Se suma a este deseo de independencia del control del gobierno, la necesidad psicológica de los individuos de mantener un espacio entre sus propias vidas privadas y el resto de los miembros de la sociedad. La esencia misma de la autonomía individual es que seamos capaces de separar nuestra vida privada de nuestra vida pública, a fin de definir quiénes somos, y sufrir nuestros recorridos y tragedias personales, sin tener que estar sometidos a un escrutinio no deseado por parte de nuestros conciudadanos o sus representantes.
Louis Day en Los medios y la ética de la privacidad. Universidad Diego Portales, Chile 2001, pp. 52, 53.

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