Estoy pensando en cerrar mi cuenta de Twitter por la cantidad de insultos que recibo a diario por ese medio. ¿Cómo debe reaccionar un periodista ante los trolls y acosadores en redes sociales?
26 de Julio de 2016

Estoy pensando en cerrar mi cuenta de Twitter por la cantidad de insultos que recibo a diario por ese medio. ¿Cómo debe reaccionar un periodista ante los trolls y acosadores en redes sociales?

Foto: photo-mix // Pixabay

Estoy pensando en cerrar mi cuenta de Twitter por la cantidad de insultos que recibo a diario por ese medio. ¿Cómo debe reaccionar un periodista ante los trolls y acosadores en redes sociales? ¿Responder? ¿Guardar silencio? ¿Evadirlos? R.- Es importante entender que tener a disposición un poder, crea unas exigencias de responsabilidad proporcionales a la magnitud de ese poder. La tecnología digital pone en las manos del usuario un poder que no era conocido. Hace parte de ese poder el cubrimiento espacial, o sea el alcance físico de los menajes, que pueden alcanzar extensiones inimaginadas. Es igualmente poderosa la instantaneidad de los mensajes que parecen eliminar la barrera del tiempo.
Con ese poder en sus manos, a las personas se les abren dos opciones principales: usar ese poder para su propio desarrollo personal, y así les ocurre a todos los que se hacen mejores con la ayuda de los recursos del mundo digital. O los que ponen esta tecnología al servicio de la parte peor de su personalidad.
Actualmente los responsables de los foros de internet actúan a la defensiva, para controlar o ponerles freno a estos últimos que, estimulados por el poder de la tecnología y por el anonimato con que pueden actuare, dan salida a sus más destructores instintos. Los reglamentos o normas que se están adoptando, como condición para entrar a esto espacios, son a la vez defensa y pedagogía.
Generalmente son indeseables las personas incapaces del diálogo; por eso se las excluye o ignora, al menos mientras no se ajusten a unas reglas civilizadas de conversación: no ofender, valerse de un lenguaje correcto y decente. En algunos de esos espacios no se admite, por ejemplo, el texto que va todo en mayúsculas porque equivalen a un grito y no puede haber diálogo inteligente a gritos. Es decir, la gran regla es usar la tecnología como instrumento de acercamiento.
Documentación
La pornografía infantil y es un caso extremo, pero lo mismo se puede decir de ejemplos relativa mente inocuos como lo trivial, lo raro, lo ridículo, que también encontraron en internet un medio en que todo lo que reprime, verifica y corrige puede ser sorteado y todo lo que refuerza puede ser buscado una y otra vez. Así, por ejemplo. el que crea en hadas puede estar seguro de encontrar confirmación psicológica en la red y no necesita ocuparse de la crítica científica; el filósofo casero con una grandiosa pero completamente vacua teoría de todo, encuentra tarde o temprano grupos de gente cuyo conocimiento y perspicacia crítica son todavía menores, pero que están dispuestos a dejarse impresionar. Esto explica por qué internet contiene grandes cantidades no sólo de inmundicia sino también de estupidez.
El resultado lógico de tal interacción es una fragmentación moral más que una comunidad moral, y aunque la conclusión práctica seguramente no llegará a tal extremo, el hecho de que esta sea el resultado lógico, demuestra la existencia de una tendencia destructora. La libertad de internet está hecha la medida para fomentar de libertinaje. Dicha fragmentación es anárquica en el mal sentido, puesto que es el medio ideal para propagar deseos no tutelados de cualquier clase.
Por supuesto hay buenas razones para pensar que nunca se llegará al límite, porque siempre se requerirá un grado básico de comunicación como una lengua de alguna clase, que a su vez requerirá la sumisión de los impulsos no tutelados a influencias socializadoras de la manera prescrita más arriba. Incluso quienes utilizan internet para buscar almas gemelas interesadas en los impulsos más elementales tienen que encontrar alguna manera de hablar entre sí. Además si la conjunción de intereses no tutelados y deseos, ha de resultar en una actividad conjunta, también requiere alguna medida de disciplina y de orden social.
Gordon Graham: Internet. Fronesis, Madrid 2001.P 104, 105.

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