Los diarios gratuitos son un recurso desesperado para que la gente lea, porque la circulación del periódico pagado está cayendo. Los nativos digitales piensan con el dedo pulgar y rechazan la lectura y, además, el papel escasea cada vez más. En esas condiciones ¿habrá que repensar el periodismo para que sobreviva? R.- Cuando aparecieron los primeros periódicos de la era moderna, adoptaron la forma, el lenguaje, los diseños y circulación que respondían a las posibilidades y recursos de la época.
Esos periódicos desaparecieron y fueron reemplazados por otros, cuyo ciclo vital se agotó para dar lugar a otros y así hasta nuestros días, cuando es previsible otro relevo de formas y expresiones periodísticas.
El fenómeno, por tanto, encaja dentro de la evolución natural de las actividades humanas.
Si los periódicos serán en papel, en celulosa, si serán impresos o digitalizados, si los leeremos en trazos de tinta o en impulsos eléctricos, son datos importantes, pero no de la mayor trascendencia.
En cambio sí lo es que, dentro de la galaxia Gutemberg lo mismo que en la galaxia internet, al hombre lo ha impulsado la misma necesidad: acceder a la realidad; ayer para conocerla, verla y sentirla; hoy para entenderla. Ayer utilizaban preferentemente los sentidos para conectarse con lo real, hoy se valen también de la inteligencia para entender lo real y cambiarlo. La pasión es la misma, su intensidad y alcance son otros.
Esto explica la demanda creciente de una información que, además de contar historias, las explique. Entendidos, los hechos se viven y pueden ser controlados de modo que el futuro deja de ser una fuerza ciega y llega a ser poder bajo control.
Sí, hay un periodismo que desaparecerá por innecesario; hay otro que permanecerá por indispensable. Es sabio y prudente hacer un periodismo que responda a las necesidades reales del ser humano.
Documentación
El último diario impreso será leído en octubre de 2044, alguien dijo antes en abril, pero yo leí que va a ser en octubre, dice con impresionante precisión el profesor Philip Meyer, de la universidad de Carolina del norte. El último ejemplar del New York Times va a circular en 2018 dice con no menos impresionante exactitud, Dick Brass, un ejecutivo de Microsoft. El Profesor Carlos Soria de la escuela de periodismo de la universidad de Navarra en España, escribe en el último informe anual sobre tendencias de la consultora Innovation: “nosotros los periodistas pasamos muchos años gritando "cuidado que viene el lobo". Ahora, el lobo llegó.¿ Qué vamos a hacer? Los diarios impresos pasan por una crisis múltiple de circulación, de credibilidad, de envejecimiento, de no tener más el cariño de los lectores más jóvenes. ¿Eso quiere decir que están condenados a muerte?, no necesariamente.
Eso quiere decir que es el momento de que sean repensados, que sean rehechos y recreados. La revolución tecnológica que está en marcha hizo que se multiplicaran los medios disponibles para la propagación de las noticias. La visión de los diarios impresos será cada vez menos narrar la vida y cada vez más darle sentido a la vida.
Los periodistas se olvidaron del público lector y pasaron a hacer diarios para periodistas, para fuentes, autoridades y para el poder público; monótonos, repetitivos, sin humor, oficialistas, llenos de conferencias de prensa, de noticias que interesaban a las asesorías de prensa, llenos de política pequeña, hecha por políticos pequeños y para políticos pequeños. La vida real desapareció de las páginas de los diarios impresos. Hay una crisis evidente de forma y contenidos, y esto indica la necesidad imperativa de cambios. Pero una sentencia definitiva de muerte parece estar lejos de poder ser emitida.
Sandro Vaia en El Desafío de la lectura. Desafíos del periodismo real: Clarín, Buenos Aires, 2006. P 135,136,137.
Consultorio Ético de la Fundación Gabo
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