Consultorio Ético de la Fundación Gabo
25 de Julio de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Aquí se ha discutido entre periodistas sobre la publicación de unos videos de la guerrilla. Son imágenes que los dan a conocer y admirar como poder, y que debían publicarse para que una secuestrada quedara en libertad.
¿Qué hacer: publicarlos y lograr la liberación de la secuestrada? ¿No publicarlos y perder la oportunidad de que esta persona quede libre? R.- En el Manual de Estilo del diario El Tiempo de Bogotá se lee: “El Tiempo, por su carácter independiente, rechaza cualquier presión de cualquier procedencia para variar el sentido objetivo e imparcial de una información. Considera que defiende los intereses de la comunidad cuando se niega a dejarse manipular y pone a salvo su independencia por encima de cualquier consideración”. (Manual de Redacción 101.07)
En términos parecidos se expresan otros manuales que consideran la independencia del periodista y del medio como uno de los fundamentos de su dignidad y respetabilidad.
Cuando un periodista o un medio se ven dependientes de la pauta publicitaria, o de un gobierno, o de un partido, o de una empresa, o de un ejército, o de los jueces, pierde respetabilidad y, por tanto, credibilidad e influencia.
En casos como este los medios con autonomía extraen de los documentos que mediante el chantaje alguien quiere hacer publicar, la parte de información que contienen, la complementan con información independiente y publican la versión propia con la advertencia correspondiente a los receptores sobre el origen de los datos.
El público tiene derecho a saber que el grupo subversivo intentó manipular la información y que acudió a la fuerza del chantaje para hacerse propaganda.
La responsabilidad sobre las consecuencias de su acción, hace ver a medios y periodistas que no se debe ceder una vez al chantaje, porque sería como abrir una puerta por donde entrarían, con garantía de éxito, otros chantajistas dispuestos a manipular la información pública.
Documentación
Este periódico desarrolla su misión en ejercicio de la libertad de expresión, cuya vigencia inalterable es exigida y defendida en el marco institucional democrático. Rechaza enfáticamente toda forma de censura y de intervención estatal o privada que pueda distorsionar el libre ejercicio del periodismo.
Manual de redacción de El Deber de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Clarín rechaza todo presión política, religiosa, ideológica o de cualquier otra naturaleza. La función de la prensa independiente en la sociedad es informar, dar cuenta de lo que sucede con la mayor precisión y veracidad que sea posible lograr con el saber el profesional y las disponibilidades tecnológicas del periodismo moderno. Esta función a su vez es un derecho, el derecho de informar que responde al derecho ciudadano de saber.
Clarín, Buenos Aires: Manual de Estilo.
El Comercio actúa con total independencia de los distintos poderes que puedan pretender servirse de él, sean políticos, económicos, militares, religiosos, o de cualquier índole. Este es un factor indispensable para alcanzar la veracidad. Sólo cumpliendo esta norma el lector aceptará complacido los conceptos orientadores que emanen de sus páginas.
Ella se traslada a sus periodistas en la forma de restricciones sobre actividades que puedan desempeñar fuera del diario y que eventualmente afecten la independencia que deben conservar.
El Comercio. Lima. Libro de Estilo.
La Nación sostiene que el recibir información es uno de los derechos fundamentales del ser humano y que el ciudadano puede exigir que las noticias publicadas por los medios sean veraces y las opiniones honestas y libres de presiones provenientes del sector público o del privado.
La Nación, Buenos Aires, Manual de estilo y ética periodística.
El pacto de El Colombiano con sus lectores de informarlos verazmente, obliga al periódico a ser independiente. La independencia es una condición necesaria para llegar a la verdad. Y es una exigencia impuesta por el respeto debido al lector.
El Colombiano rechaza toda presión exterior proveniente de cualquier centro de poder, en razón al respeto que les debe a sus lectores que presumen veraz su información porque es libre.
El Colombiano mira toda censura directa o indirecta como una violación y usurpación del derecho de sus lectores a ser informados con libertad. El periódico, como contraprestación a la credibilidad que le otorgan sus lectores, se considera obligado a ser garante de ese derecho a una información veraz e imparcial
El Colombiano, de Medellín, Manual de estilo y redacción

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