La aparición del libro de Gabriela Wiener “Llamada perdida” aumentó la confusión entre periodistas jóvenes: ¿el periodismo gonzo es lo máximo en periodismo? ¿Y qué de la mentira de disfrazarse y actuar como Wallraff para adoptar una identidad ajena y obtener así una información sensacional? R.- Los casos de Wallraff y Wiener, le aportan al estudio de las técnicas periodísticas para obtener informaciones unos importantes elementos sobre las formas de acceder a la verdad de los hechos, que no siempre resultan aceptables desde el punto de vista de la ética profesional.
Un periodismo de excelencia (que eso es el periodismo ético) mantiene su credibilidad en ascenso, libre de cualquier sombra de sospecha, porque al periodista no le basta decir la verdad, es necesario, además, que se la crean los receptores de la información.
Cuando se sabe que un periodista adoptó una identidad falsa y que engañó a una o a muchas personas, provoca preguntas como esta: ¿a cuántos más ha engañado? En lo que publica ¿cuánto hay de verdad y cuánto de engaño?
La credibilidad del periodista se construye con trabajo constante y arduo a lo largo de toda su vida profesional, pero se tambalea cuando aparecen las dudas y preguntas sobre ella, que es lo que ocurre cuando adopta una identidad falsa o engaña para obtener información.
En cambio, cuando para informar verazmente vive la situación de los que son objeto de su información, agrega un elemento de veracidad a su información y la hace altamente creíble. El periodista que trabajó durante un año como guardián de la cárcel de Sin sin y después contó su experiencia, asumió una identidad ajena a la suya pero no engañó a nadie. Gabriela Wiener se hizo vendedora de sus óvulos, como cualquiera de las mujeres que sobreviven de esa manera, anota los sentimientos e incidencias de su propio embarazo para compartirlos con los lectores. No actúa, ni se disfraza, ni engaña, informa desde una experiencia cierta y aumenta su credibilidad con ese elemento de veracidad que resulta de la identificación con las otras personas, de ponerse en su propia piel. No roba una identidad, la asume con todos los riesgos y molestias y se convierte en un fiable testigo de la realidad. Es una forma superior de periodismo.
En la comprensión de la palabra gonzo caben estas dos formas: la del ladrón de identidades que actúa y engaña, y la de los que tienen el coraje de meterse en la piel y los zapatos de sus prójimos.
Documentación
No utilizar métodos incorrectos para obtener informaciones fotografías o documentos.
Declaración de Deberes de la Federación Internacional de Periodistas. A. 4
En el suministro o adquisición de noticias y de material informativo y gráfico, no se deben emplear métodos turbios.
Código de ética de Alemania Federal. A 4.
El periodista debe seguir las reglas de lealtad en la elección de los medios para enterarse de una información que no se comunica normalmente.
Código de Conducta de Bélgica. A 6.
Rechaza el recurso a medios desleales para conocer los hechos o descubrir la verdad y, a menos que las circunstancias sean muy particulares, no disimula ni falsea su identidad para obtener informaciones que de otro modo se le negarían.
Código de periodistas de Canadá. A 5.-
Recurriré solamente a honrados y honestos métodos en mi esfuerzo por obtener información, y me identificaré adecuadamente como representante de la prensa al obtener cualquier entrevista personal encaminada a la publicación.
Código del Club Nacional de Prensa de Filipinas. A 3.
Toda persona que por conseguir material de periodismo acude a métodos contrarios a la ética profesional, será castigada con una pena que puede ir desde la amonestación hasta la suspensión de sus derechos como miembro por el período de un año.
Código de conducta de los periodistas de Polonia, A 11.
Se prohíbe invocar un título o cualidad imaginaria, de utilizar medios desleales para obtener una información o sorprender la buena fe de cualquiera.
Estatuto del periodismo de la república de Malí. A5.
Consultorio Ético de la Fundación Gabo
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