¿Es ético que una organización de cooperación internacional financie un medio? ¿Cómo debería responder la dirección del medio cuando este financiador intenta imponer una línea editorial?

Respuesta de Mónica González

No hay impedimento legal para que una organización de cooperación internacional aporte al financiamiento de un medio de comunicación. Lo importante es que ese aporte sea transparente e informado a la audiencia aun cuando se trate de recursos para proyectos específicos, ya sea editoriales, de diseño, de redes sociales o de soporte técnico o administrativo. Respecto del segundo ítem de la consulta, el rechazo es la única respuesta que corresponde cuando un financista pretende imponer una determinada línea editorial a la dirección de un medio, sea este un organismo de cooperación, una empresa que compra gran porcentaje de la publicidad o una institución privada o gubernamental. Pero hay que decir que en los tiempos de crisis que estamos viviendo en los medios, muchas veces se aceptan imposiciones editoriales, lo que se materializa en censura soterrada. Ello acarrea un gran desmedro para los periodistas y un peligro real de manipulación de las audiencias.

Respuesta de Álex Grijelmo

La libertad de empresa ampara que cualquiera pueda ser dueño de un medio, ya se trate de una sociedad anónima, una organización humanitaria o una entidad religiosa. Lo que podemos exigir éticamente es que no se oculte quiénes son los propietarios o quiénes los financian. Por otro lado, la línea editorial de un medio debe depender siempre del director o directora. La empresa podrá destituirlos, pero no obligarlos a escribir lo que no piensan.

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Respuesta de Jorge Cardona

No creo que sea reprochable que una organización internacional financie un medio. Lo que sí puede resultar complejo es que esa misma organización intente controlar o imponer sus contenidos. En algunos casos, es probable que existan acuerdos que faciliten a ambos satisfacer sus intereses, pero la clave es la separación de roles a la hora de informar u opinar. Ese debería ser el pacto previo, sin que en determinadas circunstancias no se pueda debatir la conveniencia de una u otra información. De cualquier modo, lo fundamental es que no se afecte la independencia y así se ponga en riesgo la credibilidad.

Respuesta de Javier Darío Restrepo

No es asunto de ética, es una decisión de negocios. Pero las decisiones de negocios pueden ser éticas si su objetivo es ético, lo mismo que toda gestión comercial, financiera, política o de gobierno.

Si el apoyo financiero contribuye a la independencia del medio, o a la elevación de su calidad informativa, o a la ampliación de su difusión, aporta a la excelencia del medio y se ajusta al gran objetivo de la ética, la excelencia personal o profesional.

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Si ese apoyo, en cambio, restringe la independencia del medio o de sus periodistas, priva a la sociedad de un elemento indispensable para su salud democrática, que es la información libre. Es, por tanto, una responsabilidad de gerentes, accionistas y directivos de medios defender la independencia y autonomía de los medios de información pública. No solo por el interés del medio de mantener intacta su independencia, de la que depende su credibilidad; cuenta además el interés de la sociedad que tiene derecho a una información libre. Sin información de esta calidad la sociedad resulta manipulada y sujeta a los intereses y caprichos o del poder político, o del económico, o del gubernamental.

Es pues grave la decisión de aceptar financiador para un medio de comunicación. Más allá del interés del medio, están el de la sociedad y  la dignidad profesional del medio de comunicación.