¿Es ético publicar información falsa el Día de los Inocentes?
28 de Diciembre de 2018

¿Es ético publicar información falsa el Día de los Inocentes?

Foto: UnSplash / Creative Commons.

¿Se viola algún tipo de reglamento o artículo dentro de la ley que regula a los periódicos, si estos publican noticias falsas que pretenden ser "chistosas", durante el dia de los "Santos Inocentes", que en México se celebra el 28 de diciembre de cada año, y que atentan contra la veracidad y ética con que se supone debe actuar un periodista y periódico y que podrían representar una estafa o fraude contra el público lector que los adquiere y paga por ellos, al interesarse por estas noticias, que supone deben ser verídicas?

Respuesta de Mónica González

Según entiendo, las noticias falsas que se difunden en el Día de los Inocentes forman parte de la cultura popular de nuestros países. Y es allí cuando muchos periodistas sacar a relucir sus mejores dotes humorísticas, mientras otros develan sus escasos talentos para hacer sonreír con inventos burdos. Casi todos los ciudadanos lo saben, pero siempre hay gente que cae en la trampa. Y eso también forma parte del juego. Frente al peligro que representa la industria de las noticias falsas que nos dispara los otros 364 días del año, creo que no hay que perder la necesaria cuota de humor que a veces tanta falta hace en esta profesión.

Respuesta de Álex Grijelmo

En mi opinión, un medio periodístico no debe publicar jamás una información falsa, ni siquiera el día de los Santos Inocentes. El principio de veracidad no queda suspendido ni un solo día del año.

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¿Cómo hacer periodismo de calidad?

Respuesta de Jorge Cardona

Aunque ha perdido protagonismo en algunas sociedades, en los últimos tiempos es común que los medios de comunicación conviertan sus ediciones del 28 de diciembre en una oportunidad para resaltar errores de los comunicadores, desatinados comentarios de personajes públicos o noticias falsas que se convierten tiempo después en “inocentadas”.

En cualquier caso, el elemento común es el humor, pero es claro que en el ámbito de la comunicación se requiere de un talento especial para alcanzar este nivel. El riesgo es que se pierda esta condición y se aproveche la circunstancia para hacer periodismo de opinión revestido de “inocentada”.

La respuesta obvia pueden ser los reclamos de quienes se vean expuestos a tales burlas. En cualquier caso, el humor es válido, pero se necesita criterio para ejercerlo. También se espera que los receptores de la información entiendan y acepten el contexto de esas ediciones. En el campo de la comunicación, no todo puede ser absoluta seriedad, para la muestra el arte de los caricaturistas.

Respuesta de Gumersindo Lafuente

Las inocentadas son un asunto recurrente en muchos países. Cada año se suscita en los medios el debate de si es permisible o no publicar alguna noticia "falsa" o broma ese día, que en México o España es el 28 de diciembre, pero que en otros lugares tiene otra fecha. Creo que depende del tipo de medio y también del tipo de broma o chiste. Hacer humor inteligente no está al alcance de cualquiera. Ante la duda, mejor abstenerse.

Envía aquí tus inquietudes sobre ética periodística.

Respuesta de Javier Darío Restrepo

Tanto en las informaciones humorísticas el Día de Inocentes, como en las de los programas con formato de noticieros pero en clave de humor, está excluida la voluntad de engañar y está implícitamente acordada con la audiencia la utilización del lenguaje informativo para divertir o para hacer crítica social o política.

Deja de ser una diversión y se convierte en ofensa cuando se violan los derechos de las personas a su intimidad o a su honor. La calumnia, el agravio, la mentira que hace daño, son ejemplos de esa violación en nombre y bajo el parapeto del humor.

Si bien es permitida y responde a un derecho ciudadano el de la crítica social y política, es una agresión el uso del humor que se vale de la falsedad para herir.

Ni la ofensa, ni la falsedad son derechos ligados a la libertad de expresión. La ofensa, en efecto, no es un instrumento esencial de la libertad de expresión; es un abuso de esa libertad.

Entre los que invocan la libertad de expresión para legitimar el agravio y la falsedad, y los que quieren silenciar el humor que hace crítica social y política, se echa de menos un justo medio: el de los que riendo, corrigen y critican a los poderosos y a la sociedad, y hacen ver lo invisible con el lente de aumento del humor, con respeto a la verdad y a los derechos de las personas.

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