Quisiera saber: ¿en qué medida los testimonios pueden ser empleados para enfatizar en la "verdad" que los protagonistas me cuentan? ¿Y hasta qué punto debo exponer lo que los protagonistas declaran de otras personas?
Respuesta de Javier Darío Restrepo
El periodista utiliza las fuentes como un medio para encontrar la verdad que les debe a sus audiencias.
Así se descarta la idea del periodista intermediario, que le sirve a la fuente como amplificador de su voz; esta tarea la cumplen los relacionistas públicos o los publicistas; pero no es y no puede ser la tarea de un periodista.
También se descarta la idea de que obtenida la entrevista o el testimonio de la fuente, el trabajo del periodista termina y solo queda la tarea de reproducción. Cuando una fuente habla, comienza el trabajo de confirmar, de ampliar o de explicar la información que la fuente provee. Por principio, el periodista duda de todas las fuentes, especialmente de las que están en el poder. A mayor poder, más razones para engañar.
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¿Hay excepciones en el derecho a la confidencialidad?
No se trata de complacer a la fuente sino de servir con una información descontaminada a las audiencias.
Es particularmente apremiante someter a una rigurosa comprobación toda afirmación contra el buen nombre o la fama de alguien. Cuando no se comprueba, el periodista corre el riesgo de ser utilizado por personas que tiran la piedra y se esconden detrás del periodista. No constituye explicación ni exculpación alguna afirmar que la acusación publicada va entre comillas o con el nombre de su autor. Es obligación del periodista comprobar la acusación y, si es el caso, darle al acusado oportunidad de responder al acusador, antes de cualquier publicación.