"Las elecciones pondrán a prueba el compromiso del periodista con la verdad"
14 de Diciembre de 2017

"Las elecciones pondrán a prueba el compromiso del periodista con la verdad"

Foto: Tomada desde Freepik

Al referirse a la propuesta de un candidato sobre subida de la edad de pensión, los medios  le han atribuido la intención de devolverle a Protección un apoyo político y han puesto en tela de juicio nuestra voluntad de respetar el libre debate de ideas y de no entrar en campañas políticas. ¿Qué hacer en este caso? ¿No responder? ¿Dejar clara nuestra posición?

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Respuesta:

Las elecciones, que marcarán este año como un año electoral, pondrán a prueba el compromiso de los periodistas con la verdad, y la naturaleza de la verdad como apoyo necesario para la vida en armonía.

Ese compromiso y esta naturaleza se apoyan en la confianza de las personas y de la sociedad, en el poder de la verdad y en el rechazo de la falsedad en cualquiera de sus formas.

Por tanto, se trata de presentar públicamente la verdad de la posición adoptada por la empresa, en la forma serena y transparente con que se manifiesta lo verdadero.

El clima electoral se contamina cuando aparece la falsedad o las verdades a medias como armas. En cambio, la verdad manifiesta y sus expresiones le dan al evento electoral limpieza y el tono de un debate inteligente y civilizado.

La convicción de estar diciendo la verdad da seguridad y serenidad. Por eso, la verdad no necesita gritos ni ardides publicitarios. La inseguridad del que pretende imponer la mentira se manifiesta en lo estruendoso y estridente. Ni la verdad hace ruido, ni el ruido aporta verdad.

Documentación

Lo que distingue el trabajo del profesional es la ausencia de supervisión, la confianza del público en la honradez de la persona que pretende ejercer la profesión. Cuando el editor envía a un periodista a escribir una historia sobre un acontecimiento, los editores simplemente confían en que el reportero tiene un sentido interno de responsabilidad y representará con exactitud lo que el artículo pretende representar. La deshonestidad inconsciente de algunos periodistas es rara y notoria, como el asunto Janet Cooke del Washington Post y Jayson Blair del New York Times. En estos dos casos, la violación de la ética profesional fue considerada tan seria que los periodistas involucrados fueron inmediatamente despedidos. Un editor supervisor también fue despedido. Los periodistas involucrados han llevado una mancha indeleble de reproche público y la profesión en general fue puesta bajo la lupa. Lo que se espera es que el estudiante de comunicación desarrolle un profundo sentido del deber que haga que, el violar la confianza del cliente sea simplemente irracional e inconcebible.

Kan describió bien el razonamiento de la ética profesional como arraigada en la racionalidad humana, la incapacidad de una persona cuerda de sostener como verdadera una declaración que insinúa dos acciones contradictorias. Jayson Blair ha declarado como alguien que estaba mentalmente desquiciado porque presentó acontecimientos de manera verdadera cuando de verdad eran falsos. Lo que guía al verdadero periodista es el sentido de que la verdad del problema debe ser llevada de modo tal que nunca pueda ser probada como falsa, precisamente porque el público ha confiado en la profesión. Si una persona no profesional miente, el público puede no estar preocupado. Pero cuando la persona es un profesional y traiciona la confianza del público, la profesión, como un todo, es cuestionada. De hecho, cuando los profesionales no permanecen leales a su compromiso, la estructura de la sociedad moderna comienza a colapsar porque todas las relaciones humanas se basan en la confianza de la moralidad de los otros.

Robert White, Comunicar Comunidad, La Crujía, ediciones, Buenos Aires, 2007. p 187.

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