Las consecuencias del no pago y los reducidos salarios de los periodistas
17 de Agosto de 2017

Las consecuencias del no pago y los reducidos salarios de los periodistas

Foto: Pixabay.com - Compartida bajo licencia Creative Commons.

Si un medio de comunicación durante cuatro años ha acumulado desde sueldos hasta pertenencias de sus trabajadores, ¿es ético trabajar en esas condiciones?

Respuesta:

El pago de un salario justo es un deber legal que puede ser exigido con el apoyo de las autoridades. El cumplimiento de estos deberes de justicia debe ser reclamado a las autoridades mediante el uso de los medios de que disponen los ciudadanos para exigir justicia.

La ética, por su parte, va más allá de la ley y anima el sentido de la responsabilidad para hacer ver las consecuencias que se siguen cuando a un periodista se le paga mal. A este periodista se le expone a situaciones de indignidad, puesto que a falta de salario puede optar por un tráfico de influencias, o de venta de la información, prácticas que deterioran su credibilidad y la del medio, y degradan la información que consume la población.

Desde este punto de vista, mantener la práctica de pagar mal es obviamente una injusticia con el trabajador; pero aún más grave es la repercusión social que esto produce porque la información de mala calidad viola el derecho de toda la sociedad a una información de calidad y la expone a las prácticas manipuladoras de los interesados en que la información se ajuste a sus intereses. Estos manipuladores pueden ser comerciantes, empresarios, políticos, gobernantes o líderes de opinión a quienes la tarea de comprar periodistas les resulta más fácil cuando el periodista está mal pagado. El silencio que encubre esta situación, por parte de los propios periodistas, de los empresarios o de cualquiera persona, es, ciertamente, un acto de complicidad.

Documentación

Vincular la renta de un periodista al resultado económico del medio en que trabaja, modifica sus lealtades. La empresa está diciendo, de manera explícita que debes anteponer tu lealtad a la empresa matriz y al accionista, a la lealtad que debes a los lectores, oyentes o televidentes,. ¿Y si un anunciante dice que aumentará su cuenta de publicidad si el periódico abandona la cobertura de cierta noticia o despide o aparta de cierta historia al reportero? ¿Cuándo ha pedido un anunciante que se le dé mayor cobertura a los casos de corrupción o a la fijación de precios?  ¿Cómo transmitir información sin temores ni favoritismos cuando  le dices al director que uno de sus objetivos más importantes para el trimestre es conseguir beneficios? La gestión por objetivos ligada a la cuenta de resultados divide las lealtades del periodista.

Sandra Rowe aboga por enseñar economía empresarial a los periodistas.  Para ella la cuestión es ¿qué religión practican tus redactores? ¿Son periodistas que entienden de negocios o son hombres de negocios que entienden de periodismo? La distinción es una cuestión de lealtad. ¿Se basa la cultura empresarial en la creencia de que el beneficio se obtiene mediante una mayor dedicación al servicio ciudadano? ¿O está la cultura empresarial basada en una dedicación exclusiva a maximizar los beneficios, incluso a expensas de las necesidades del ciudadano?

Confundir a los periodistas para que duden de sus lealtades siempre ha tenido consecuencias tangibles. Cuando se supo que una cadena de televisión se había comprometido por escrito a dar una cobertura positiva a todos sus anunciantes, la polémica ardió. Lo que no se difundió fue que esta práctica es muy común, más de lo que algunos periodistas piensan.

Bill Kovach, Tom Rosenstiel en Los elementos del periodismo. Aguilar, Bogotá,  2003.  P. 84-85.

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