¿Qué es la vocación en el ejercicio del periodismo? ¿Se puede confundir con una militancia política? ¿Es algo que se descubre o que alguien nos descubre? ¿Cuándo alguien escoge la carrera del periodismo, ya descubrió su vocación? ¿Cómo se sabe que alguien tiene una vocación fuerte?
Respuesta
Esa vocación es la inclinación de servicio al público a través de la información; se parece a la del político en lo que se refiere al servicio público, pero se diferencia en cuanto al específico servicio de informar, que solo se puede prestar mediante u n compromiso con la verdad, dentro de una independencia radical y con una actitud dirigida al bien del público.
Elementos que no coinciden con el modo de ser del político, por tanto, cuando un periodista se vale de su condición para ser y hacer política, desnaturaliza su profesión y le juega sucio a la población.
Como toda vocación se descubre progresivamente con el conocimiento de sí mismo, de sus cualidades y defectos y de sus inclinaciones.
Sin embargo el hecho de escoger el periodismo como carrera para sus estudios universitarios no significa necesariamente que tenga la vocación periodística. A las facultades de comunicación se llega por muy variadas razones: o porque se cree que es una profesión facil que no tiene matemáticas; o porque ser la puerta para entrar al paraíso de la fama; o porque es la fórmula para volverse rico, o para entrar en contacto con los poderosos. Ninguna de estas razones hace del una persona un periodista por vocación.
La vocación periodística es y se hace más fuerte en el servicio de lo público a través de la información. Al contrario de la vocación del político que sirve a lo público para llegar al poder, el periodista no busca el poder sino el servicio, y es así como descubre su vocación: por el entusiasmo y pasión con que se sirve lo público bajo la convicción de que una buena información es la que permite una correcta elección en las urnas y el fortalecimiento de la libertad.
Documentación
El periodista vive en el instante, entre un pasado que se disipa y un futuro que se insinúa.
Octavio Paz.
No cabe duda de que el destino de los periodistas se parece al de los embalsamadores en Egipto, cuyos servicios todos reclamaban como preciosos pero de cuyas personas todas se alejaban con cierto horror. Así, desde que aparece el periódico, se le busca como el pan cotidiano, pero al periodista, a poco que se descuide se le enjaula:
Alfonso Reyes.
En la carrera en que andan los periodistas, debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tienen.
Debemos ser conscientes de que los periodistas tenemos el poder y las armas para cambiar algo todos los días.
El mal periodista piensa que su fuente es su vida misma, sobre todo si es oficial, y por eso la sacraliza, la consiente, la protege y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad que lo lleva, inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.
Gabriel García Márquez
En medio de guerras y revoluciones, el periodista no puede quedar en la mitad porque de manera automática está con alguno de los grupos involucrados, no puede ser un testigo impasible.
Ser periodista implica ante todo un constante esfuerzo personal: el de enriquecer por todos los medios y en forma ardua y permanente, la propia cultura, para entender el mundo.
Ser periodista no es un camino para hacerse a u n modo de vida cómodo, para colocarse socialmente. Una escritura seria y ambiciosa es una contínua inconformidad con la vida.
Un periodista debe ser un hombre abierto a otros hombres, a otras razones y a otras culturas, tolerante y humanitario. No debería haber sitio en los medios para las personas que los utilizan para sembrar el odio y la hostilidad y para hacer propaganda. El problema de nuestra profesión es más bien ético.
El periodista es alguien que viviendo toma posiciones. Tiene emociones, siente. Y sentir y tomar posiciones es ya tomar partido. No creo en el periodismo que se llama a sí mismo, impasible, tampoco en la objetividad en sentido formal.
Ryszard Kapuscinski.
De Esencia del periodismo. Compilador: Omar Raul Martínez. Fundación Manuel Buendía. México, 1999, páginas 33 a 64 passim.