"Lo grave no es cometer el error, sino ocultarlo"
10 de Enero de 2017

"Lo grave no es cometer el error, sino ocultarlo"

Un reportero publicó: Hombre fue rociado con gasolina y le prendieron fuego. Fue una noticia que indignó en las redes sociales porque tras las investigaciones la policía dijo que fue el mismo joven quien se prendió fuego. Esto ocasionó una reacción contra el medio. El jefe dijo que no se debió publicar y retiró la noticia porque, dijo, el medio quedaba mal. ¿Qué debió hacerse?

Respuesta: El servicio específico que presta un medio periodístico es el de hacer posible el acceso a la verdad de los hechos; de allí resulta el compromiso del periodista con la verdad, como razón de ser de su ejercicio profesional.

Ese compromiso implica: la búsqueda  de los datos que permitan el conocimiento más completo posible de los hechos; la reconstrucción del hecho con base en esos datos; la comunicación de esa reconstrucción dela forma más eficaz posible.

Estos objetivos ideales no siempre se obtienen dadas las limitaciones de las personas, por eso es un deber tan perentorio como el de informar sobre los hechos, el de rectificar cuando una información resultó errada. También hacen parte de ese deber la corrección y la aclaración.

En consecuencia se rectifica cuando la información altera sustancialmente un hecho, como en el caso de la consulta; se corrige cuando uno o varios datos, vg. Un nombre propio, una fecha, un cargo, se informaron de modo erróneo; se aclara cuando una redacción confusa puede inducir a error. Cumplir este deber da a entender  al receptor que para el periodista y su medio lo más importante es la verdad, no las apariencias. Esconder los errores, además de ser una mentira en acción, es una práctica nada profesional y una burla para el lector que las audiencias castigan. Lo grave no es cometer el error – eventualidad posible en toda actividad humana,- sino ocultarlo, porque es tanto como negarles a los receptores el derecho a una información veraz.

Documentación

Cuando en El Deber aparezca u error comprobado sobre materia grave que pueda lesionar intereses del lector o del protagonista de un hecho informado, la directiva de Redacción, en coordinación con el Defensor del Lector, rectificará la información y determinará la forma en que lo hará.

Manual de Redacción de El Deber, de Santa Cruz de  la Sierra, Bolivia.  A. 3.4.1

Debe ser el propio diario el que rectifique los errores en que pudo haber incurrido, aunque no lo pida el interesado.

En La Nación se publica una fe de erratas en la que se registran errores anteriores. Pero hay casos en que, por su importancia, las rectificaciones demandan mayor espacio, que el diario brindará espontáneamente.

Manual de Estilo y Ética periodística de La Nación, de Buenos Aires. P. 47

El periódico ha de ser el primero en subsanar los errores cometidos en sus páginas, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos. Esta tarea recae de manera especial en los responsables de cada área informativa.

La primera responsabilidad de las erratas y equivocaciones es de quien las introduce en el texto; y solo en segundo lugar del editor encargado de revisarlo.

Libro de Estilo de El País, de Madrid. A 1.10 y 1.11.

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