En un medio digital sin fines de lucro, enfocado al periodismo de investigación, ¿cuáles deberían ser las consideraciones éticas para su financiamiento?
Respuesta: Rigen las mismas normas éticas más que para cualquier medio informativo, sea impreso, radial, televisado o digital.
La primera de esas normas es que la financiación no debe afectar la independencia del medio, ni directa ni indirectamente.
Hay una afectación directa cuando el que anuncia condiciona la información, o porque impone temas o enfoques, o porque los excluye o limita.
Incide indirectamente cuando la publicación del mensaje comercial, más allá del producto institución anunciados, afectan la información destinada al público.
También es un punto de vista ético que la financiación está subordinada a la misión informativa del medio. La financiación, al servicio de la información; de ninguna manera la información al servicio de la financiación.
La experiencia de los diarios digitales está demostrando que la estructura financiera tradicional de los medios deberá cambiar radicalmente, de modo que la publicidad, los patrocinios, los subsidios desaparezcan, como medida necesaria para preservar la credibilidad de los medios. Es un hecho que la estructura financiera tradicional, con la dependencia que mantienen respecto de las fuentes de financiación está minando la credibilidad de los medios. La experiencia de los diarios digitales, por su parte, está demostrando que las suscripciones, estimuladas por una alta calidad de las informaciones, podría ser una nueva y limpia fuente de financiación.
Documentación
En esta nueva prensa digital avanzamos de entrada a contrapelo de la idea predominante según la cual sólo habría un modelo posible en la red: el de la audiencia y la gratuidad. Se admite ya hoy, cuando la crisis económica barre muchas ilusiones, que este pensamiento único se apoyaba en una mentira y un quiera. Engaño, puesto que lo gratuito no lo es mientras no dejen de pagarse los materiales y el equipamiento y, en definitiva, los canales que dan acceso a ello. Pero, sobre todo, espejismo, semejante a las burbujas finazncieras especulativas, de una gratuidad que sería masiva y duramente financiazble mediante la publicidad. Esta falsa gratuidad vehicula la creencia de que todo equivale porque todo sería gratuido, tantom lo mejor como lo peor, tanto la información pertinente como el rumor infundado. Así, en su afázn por la cantidad, condición para un maná publicitario tan imporbable como inestable, se baja el nivel de la información, se le uniformiza y banaliza, maltrata y desvaloriza.
Con la libertad de información sucede lo mismo que con su valor: promover un modelo único, asociado con la gratuidad democrática y la suscripción onerosa del compromiso, es afirmar que debe pagarse para garantizarlos. La libertad de un periódico es la fidelidad de sus lectores. Y el valor de sus informaciones es la calidad de sus periodistas. Por medio del acto de compra, la primera obliga al segundo. A condición, claro está, de que el precio sea justo y de que el público pueda expresarse. Resistirse a la gratuidad mercantil en la prensa digital fortalece la democracia desinteresada. La estrategia de la suscripción aúna defensa del valor de la información y construcción dee un público lector de ciudadanos exigente, crítico, solidario y responsable. Este compromiso marca deentrada un comercio justo por una información de calidad y q1ue no est¿e alienada a gremios publicitarios ni curvas de audiencia.
Edwy Plenel: Manifiesto Combate por una prensa digital libre. Corporación para el desarrollo del pensamiento complejo. Bogotá . 2015. P 10 y 11.