En un canal de televisión de mi país apareció como denuncia la entrevista a un oficial de policía que revelaba las pugnas internas en la institución, por la aplicación de mecanismos de ascenso. La intención del periodista y del canal era la de demostrar que esas divisiones internas son síntomas de una debilidad institucional que pone en peligro la seguridad ciudadana. ¿Cómo calificar éticamente la conducta de este periodista y de este canal?
Respuesta: La selección de una noticia debe estar regida por unos criterios de servicio al receptor de la información, además de los criterios habituales de oportunidad, novedad, pertinencia, etc.
Cuando se tiene en cuenta el servicio que se puede prestar es lógico que se descarten otras finalidades como la de informar para entretener, o para divertir, o para atacar o favorecer a alguien en particular.
Esta consideración permite valorar esta información concreta y preguntarse el “para qué” de una información que tiene que ver con asuntos internos de la institución policial y que no afectan directamente a la sociedad.
El periodismo, como servicio público, defiende y fortalece el bien público cuando está amenazado. Este es un criterio del que se valen los periodistas para determinar si una información se debe difundir o no. Todo parece demostrar, en este caso, que es prematuro concluir que algo natural en cualquier grupo humano como es el choque de puntos de vista contrarios, afecte las finalidades de una institución.
Documentación
Aquí se está comenzando a trabajar por donde es mirando las agendas que proponen los medios al indagar cómo se ven los periodistas en la construcción de las agendas y explorando las agendas de la gente.
Quiero sobre ello aportar tres preguntas. Primera: ¿de qué está hecho el presente de los medios? Porque el resultado de esta encuesta apunta entre el 18% y el 28% es información internacional, pero yo pongo en duda este dato. La información internacional no es ni el 5%, y además en su inmensa mayoría es una información autista, el país sigue hablando de sí mismo a través de la información internacional, en lugar de lo que debía hacer, que es todo lo contrario, pensarnos en el mundo, mirar nuestro conflicto en la trama de los conflictos del mundo, sabernos leer como actores – y no sólo víctimas- .Los medios colombianos tienen una información internacional más pobre del mundo y ¿si no estamos en el mundo, cómo entender el presente?
Segunda pregunta: ¿De qué guardan memoria los medios? Porque sin relatos, ¿de qué puede tener memoria el país? ¿Cómo se teje y guarda la historia? Y sin memoria, ¿se puede salir del autismo del presente? ¿Se puede construir futuro?
Esto da piso a la tercera pregunta, que es lo que no aparece en la agenda de los medios, y eso que agenda significa precisamente marcador de futuro, esto es donde anotamos lo que hay que hacer. ¿Qué horizonte de futuro construyen los medios? ¿Qué horizontes de futuro elaboran? ¿De qué ingredientes está hecho el futuro de este país en la agenda de los medios?
Jesús Martín Barbero en Agendas de los medios, ¿agendas de qué país?
¿Qué es noticia? Cátedra Konrad Adenauer en U. Javeriana. Bogotá, 2004 p. 129.