Consultorio Ético de la Fundación Gabo
3 de Octubre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Qué gana el gobierno del presidente Hugo Chávez con endosarle la culpa a los medios de Colombia y Venezuela de manipular la información que pretende enturbiar las relaciones diplomáticas de estas dos naciones? En la pregunta hay una parte pertinente para un consultorio ético, como este, y es la que se tendrá en cuenta en esta respuesta.
Se trata del efecto de las informaciones de los medios sobre las relaciones entre países. El valor ético de la responsabilidad prevé, calibra y controla, hasta donde es posible, esos efectos.
La información a través de los medios produce efectos, porque no hay comunicación sin efecto. De hecho en el estrechamiento de las relaciones entre países, o en su distanciamiento, o en el origen de conflictos y de guerras, hay una parte atribuible a los medios. Lo cual no significa que para evitar efectos negativos en esas relaciones, haya necesidad de mentir o de desfigurar la realidad, o que sea legítimo hacerlo para mantener o mejorar esas relaciones. A la armonía entre naciones le sirve siempre la verdad dicha con responsabilidad, es decir, con previsión de sus alcances y con la precisión necesaria para que la realidad de los hechos se conozca y se entienda. Esto es lo que importa. Las presiones externas sobre la prensa, que buscan minar su credibilidad o inducirla a callar, pierden su fuerza cuando el periodista y el medio tienen la certeza de haber difundido una verdad responsable.

Documentación.

En Una Sociedad de Incomunicados, Victoria Camps afirma que " conseguida la libertad de expresión, la preocupación primera de la ética de la información, precisamente como reacción al liberalismo extremo, es la responsabilidad de los medios. La responsabilidad en el uso de la libertad de que disponen. La información posible es abundante, y evidentemente, una de las funciones del informador es seleccionarla y responder ante el público receptor de esa información. No puede haber otro criterio de la responsabilidad que el de la justicia: es buena, está bien seleccionada la información que hay que dar por justicia. Dicho de otra forma, no aquella que vale porque satisface intereses comerciales -porque vende, permite ampliar la tirada del periódico, subir la audiencia televisiva, sino la que sirve al interés común de la sociedad."
El interés común no coincide con los intereses reales: es más bien un wishful thinking, apunta a aquello que merece, o debería merecer, la atención tanto de los ciudadanos, como de las instituciones públicas. El interés común nos habla de los problemas de los menos aventajados, del hambre, de las disputas étnicas, de la inmigración, de la vejez, del paro, de las grandes enfermedades, de los desastres ecológicos. Si es cierto, como creo, que la información de los medios sensibiliza y crea actitudes y opiniones, polarizar los intereses hacia el interés común, no es sino tratar de sensibilizar a toda la sociedad hacia determinados temas y situaciones que, aunque de hecho no nos afecten, deberían afectarnos y movilizarnos.

Germán Rey.
En Desde las dos orillas Ministerio de Comunicaciones. 1996. Bogotá, Colombia.

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