El dueño y director de mi medio de comunicación estaba en graves problemas con la justicia y me mandaban a cubrir las audiencias y a hacer el seguimiento de los allanamientos al domicilio del Director, pero no me publicaban. Se limitaban a publicar al defensa del abogado del director y me hacían llamarle diariamente para que él diera su parecer sobre el caso. Al final creo haber sido utilizado como testigo y redactor de los documentos del defensor, antes que como periodista. Renuncié porque no quiero estar metido en eso. ¿Era lo correcto? En los códigos de ética está establecida una escala de prioridades para el periodista y para los medios. Su primera responsabilidad es para con los lectores, la segunda para con el país, la tercera para con la comunidad internacional y la cuarta, para con el medio de comunicación.
Cuando los intereses del dueño de un medio pesan más que el compromiso con la verdad y con los lectores, el medio usurpa un derecho que no le corresponde y viola un derecho fundamental, el de ser informado veraz e imparcialmente.
Son dos consideraciones que le permiten al protagonista de este episodio concluir por qué su conciencia profesional rechazó la conducta asumida por el periódico.
Merece también consideración la actitud de renunciar. A esta se llega cuando no hay otra alternativa y después de haber hecho todo lo posible por mantener el derecho de los lectores a una información correcta. El periodista defiende su puesto, no solamente por interés personal sino porque es un derecho de los lectores tener en los medios de comunicación periodistas honestos y de sensibilidad ética.
Documentación.
En toda mi planificación, la principal meta que he tenido en mente ha sido el bienestar de la República. El objetivo del periódico será hacer mejores periodistas que harán mejores periódicos, que servirán mejor al público. Impartirá conocimientos, no para su beneficio, sino para ser usados por el público.
Solamente la prensa hace del interés público el suyo propio. " El negocio de todos es el negocio de nadie" excepto del periodista lo es, por adopción. Si no fuera por su cuidado todas las reformas quedarían sin nacer él les recuerda a los funcionarios su deber. El expone las maquinaciones secretas de saqueo. El promueve todos los planes que prometen progreso. Sin él la opinión pública sería informe y muda. El junta todas las clases, las profesiones y les enseña a actuar en concierto con las bases de su ciudadanía común.Una prensa capaz, desinteresada, con espíritu público, con una inteligencia formada para conocer la rectitud y valor para hacerlo puede preservar la rectitud pública."
Josep Pulitzer
En El concepto básico de una Escuela de Periodismo.