En el curso de periodismo interpretativo al que asisto se considera que el periodismo venezolano pasa por un momento crucial, muy pertinente para la realización de reportajes interpretativos y para el análisis. ¿Qué recomienda en una crisis de credibilidad como la que atraviesa el periodismo de este país? ¿Qué género podría ayudar a salvar el prestigio que detentaban los medios venezolanos? De los distintos juicios críticos que se han producido sobre el periodismo venezolano en esta coyuntura, se pueden destacar estos conceptos que, de alguna manera, responden su pregunta:
Puesto que la crisis de credibilidad de la institución está asociada a su compromiso con una de las partes en conflicto, la información debe recuperar distancia, que no es lo mismo que neutralidad. Tomar distancia supone dejar a un lado toda clase de dependencias para examinar los hechos e informar sin prejuicios y con la mira puesta en los intereses de la comunidad.
Obtener esa independencia significa recuperar la credibilidad profesional. Desde el punto de vista empresarial es aún más vital esa recuperación que cualquier renovación o restauración de equipos porque ninguna empresa depende tan decisivamente de su credibilidad como las de comunicación. Y la credibilidad es, ante todo, asunto de independencia.
A los criterios políticos o de interés de grupo debe suceder un genuino criterio profesional periodístico. Si se trata de recuperar la credibilidad perdida, los políticos y los empresarios deben cederle su lugar a periodistas profesionales que mantengan su integridad ética o que estén dispuestos a restaurarla.
Como se ve el problema no es de géneros sino de actitud y esta es el alma de todos los géneros.
Documentación.
La campaña mediática fue decisiva para la avalancha que desembocó en el golpe de Estado, programado desde lejos contra esa feroz dictadura que no tenía ni un solo preso político. Entonces ocupó la presidencia un empresario votado por nadie. Democráticamente, como primera medida, disolvió el parlamento. Al día siguiente subió la Bolsa, pero una pueblada devolvió a Chávez a su lugar legítimo. El golpe mediático sólo había podido generar un poder virtual, como comentó el escritor venezolano Luis Britto García, y poco duró. La televisión venezolana, baluarte de la libertad de información, no se enteró de la desagradable noticia.
Eduardo Galeano
En Chasqui N 78. Quito, junio 02.
Con la excepción de Ultimas Noticias ningún diario anunció al día siguiente el regreso del Presidente legítimo. Los canales de televisión privados no transmitieron ningún boletín informativo y solamente Globovisión difundió la información de las agencias de noticias internacionales.
Aunque el restablecimiento de la democracia no ha originado ninguna medida de represión en su contra, los grandes medios de comunicación siguen ubicándose en el lugar de víctimas, conceden un espacio hegemónico a los " héroes del golpe de Estado" , hablan de " un vacío de poder" , piden la renuncia del presidente Chávez a quien tratan de " asesino" y de todos aquellos que no lo traicionaron, especialmente el procurador general Isaías Rodríguez. Todos ven y saben que son " los medios de comunicación del odio" . Ellos simplemente se consideran los " medios de comunicación del golpe."
Maurice Lemoine.
Enviado Especial de Le Monde Diplomatique. 08.02.
Para estudiosos de la comunicación, la crisis política ha puesto sobre el tapete la necesidad de debatir sobre la responsabilidad de los medios de informar a la ciudadanía más allá de sus intereses.
Esto, además, está condimentado en el caso de Chávez por el uso excesivo y arbitrario, como ha reconocido la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de las cadenas nacionales de radio y televisión que, según el gobierno, " buscan contrarrestar la conspiración mediática."
Andrés Cañizález
Director de la revista Comunicación.
" Se nos abre un período para pensar en el tipo de periodismo que veníamos haciendo y que queremos hacer. Pero la reflexión tiene que ser de lado y lado porque también debe cuestionarse el rol de los medios de comunicación en manos del Estado.
Marcelino Bisbal.
Periodista y profesor Universitario.
La respuesta que faltó por parte de los medios fue el equilibrio informativo, tanto de los medios de comunicación, privados y comunitarios...Un mes después de los sucesos, seguimos sin ese equilibrio.
Max Romer.
Director de la Escuela de Comunicación de la U. Andrés Bello.
En los últimos meses se vienen observando prácticas sesgadas entre los periodistas. Esto es, el uso irregular de las fuentes, la toma de posiciones políticas y ausencia de rigor en la búsqueda de la información.
Pablo Antillano.
Periodista y escritor.