Oí decir a un jefe de redacción con quien discutía la publicación de un artículo sobre el hambre en el mundo: " esto es, ante todo, un negocio y necesito noticias que vendan el hambre no vende y sí nos condena al hambre." Por supuesto, el artículo no se publicó, pero le pregunto: ¿ante esa realidad para qué preocuparse por un periodismo ético? La ética señala metas altas que siempre desbordan a las personas, y las propone como objetivos del mejor esfuerzo personal. El caso que usted expone logra el efecto contrario: o sea, es la no meta, el no objetivo, el infra nivel de degradación de la profesión. Que quien quiera pretender imponerlo sea un jefe de redacción, no cambia los términos del problema sino que los agrava.
Como en todas las profesiones, en la del periodismo también se dan los dos niveles extremos: el de un ejercicio elevado y dignificante, que corresponde a la naturaleza de la profesión, en contraste con la profesión degradada por un ejercicio exclusivamente comercial y utilitario, despojado de sus valores éticos y de sus objetivos de responsabilidad social.
En el primer caso el periodismo sirve a la sociedad y llega a convertirse en un órgano indispensable del cuerpo social en el segundo caso el periodismo se sirve de la sociedad, no le aporta porque nada tiene para darle, y tiende a hacerle daño. Es un periodismo prescindible.
Documentación.
Ustedes afrontan la elección entre dos clases de periodismo: por un lado, el periodismo que no acepta obligaciones sociales, que no tiene escrúpulos morales, que solo aspira a ganancias en dinero. La multitud ávida de dinero que se dedica al periodismo, ha producido una clase de periódicos que se han convertido en una especie de extorsión, suavizada aquí y allá por la mendicidad y que no es más respetable que cualquier forma de prostitución. Este grupo de diarios atrae a un tipo de lectores de baja condición, que aceptan todo lo que se les presente en términos sensacionales. Este negocio es muy lucrativo y completamente perverso.
La otra clase de periodismo se ocupa simplemente en ofrecer noticias, recogiéndolas desde los confines de la tierra o del ambiente inmediato, presentándolas cuidadosamente, rehuyendo el lenguaje efectista, interpretándolas con veracidad, sin miedo ni favoritismos para con ningún partido, facción, grupo o clase. Esta es una tarea ardua. Requiere inteligencia. Exige un sentido moral, y sobre todo exige un valor moral. Una y otra vez tendrán ustedes que arriesgar el dinero, dejar que se lo lleve el competidor, para conquistar la estima del grupo más sensato y decente de la comunidad.
William Allen White.
En Selected Letters. Henry Holt Co. 1947