Consultorio Ético de la Fundación Gabo
2 de Octubre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

A Bob Greene, columnista de "The Chicago" se le pidió su renuncia tras conocerse diez años después que había tenido sexo con una estudiante a la que conoció en razón de su cargo. ¿Debió renunciar Greene antes de que este hecho se conociera? ¿Debió hacer él de conocimiento público su inconducta? ¿Cómo afecta este episodio la credibilidad del periodista? ¿Si otros periodistas conocieron el hecho y lo callaron, violaron la ética? Para el periodista vale lo que él mismo debe observar respecto de las demás personas. Es aplicable aquí, en consecuencia, el viejo principio: haz a los demás lo mismo que quieras para ti.
Por tanto, si el periodista ha de observar respeto por la vida privada de las personas, tiene derecho a que se respete su propia vida privada.
Las opciones de las personas sobre su sexualidad, pertenecen a su intimidad y vida privada, en las que nadie tiene derecho a entrar.
Hay una excepción para esta norma y es cuando la vida privada de un hombre público, afecta el desempeño que le debe a la comunidad.
Este es el punto que los directores del periódico debieron examinar antes de decidir sobre la situación del columnista. En ese caso es evidente que se trató de la aplicación de algún reglamento interno y no de principios o códigos de ética.

Documentación.

El derecho a la vida privada es uno de los puntos centrales de la ética del periodismo. En la mayoría de los códigos se especifica que no están permitidas las intrusiones en la vida privada cuando sólo se trata de satisfacer la curiosidad, pero que se consideran excepciones a este principio los casos en que el comportamiento privado de una persona afecta el interés general y que el público tiene derecho a estar informado. El código de la Prensa Alemana señala que las decisiones relativas a la publicación deben tomar en cuenta la posible intrusión en la vida privada de terceros involucrados en los acontecimientos. Además es preciso extremar la responsabilidad cuando se acusa o critica a alguien. Todos deben tener el derecho de rectificar y de responder. El Código de los Periodistas de Nue
La protección del buen nombre o de la reputación pública de alguien no es solo objeto del código penal sino también de la ética del periodismo que prohíbe la difamación y los agravios públicos.

Niceto Blazquez
En Etica y Medios de Comunicación. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 1994. Páginas 156 y 157.

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