Consultorio Ético de la Fundación Gabo
2 de Octubre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Quisiera conocer ejemplos de tergiversaciones de los hechos por parte de las fuentes informativas y de algunos medios de comunicación. En los países que padecen conflictos armados internos, como Colombia, es frecuente la tergiversación de los hechos por parte de los grupos armados cuando actúan como fuentes informativas. El caso más frecuente es el de la información sobre bajas de combate. Las cifras nunca coinciden porque cada uno está interesado en ocultar la realidad y en imponer su propia versión.
Cuando no hay conflicto, el amañamiento de la información se suele dar en las versiones oficiales sobre marcha de la economía, por ejemplo. Las cifras oficiales con alguna frecuencia son diferentes a las de los organismos especializados, no oficiales o a las de los investigadores académicos.
Los medios de comunicación, por su parte, incurren en esa distorsión como acaba de demostrarlo el investigador del caso protagonizado por la BBC y el gobierno inglés. También fue notoria la distorsión que el New York Times le sancionó a uno de sus periodistas, al despedirlo y al publicar en cuatro páginas, la rectificación de sus artículos.Es notorio el progreso ético que significa la práctica, cada vez más frecuente en los medios de comunicación, de publicar rectificaciones cuando los lectores o el propio medio, han detectado estas distorsiones.

Documentación.

La información del periodista Andrew Gilligan, emitida por la BBC el 29 de mayo de 2003, se apoyaba en el testimonio de un alto funcionario que había asegurado que el documento del gobierno de Tony Blair, que le había servido como argumento para apoyar la guerra contra Irak, había sido deliberadamente exagerado (que Irak podía desplegar armas en 45 minutos) para justificar ese apoyo.

Un magistrado de 72 años, Lord James Hutton, de reputación a toda prueba, durante seis meses investigó el caso y el suicidio del experto en armas, David Kelly,señalado como la fuente de la noticia. El investigador concluyó que Kelly se suicidó y nadie estuvo involucrado en su muerte. Y agregó:
"La acusación principal de Andrew Gilligan de que el gobierno sabia que la afirmación de los 45 minutos era falsa antes de insertarla en el informe, estuvo "infundada."
"El sistema de control de la BBC es "defectuoso" ya que permitió la emisión de la noticia de Gilligan sin analizarla mejor.La dirección de la BBC no prestó la atención debida a la queja del gobierno sobre la polémica noticia y la defendió sin comprobar sus fuentes."

El periodista Fernando Pajares, de Efe, comentó:
El fallo del juez Brian Hutton reabrió el eterno debate sobre la lucha de poderes en el seno de una sociedad democrática. En definitiva el pato lo ha pagado, entero, la BBC, que por cierto es la mejor radio-televisión pública del mundo.

A la BBC le ha costado el caso Kelly la dimisión de su presidente Gavyn Davies y de su director general Greg Dyke. Se han ido sin querer irse. Pero ambos lo han hecho convencidos de que su dimisión era lo único digno que podían hacer tras las severas críticas que Hutton hizo a la BBC. Lo que paga la BBC es el que uno de sus periodistas aprovechara declaraciones de Kelly sobre Irak para cargar la mano contra el gobierno.

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