Consultorio Ético de la Fundación Gabo
2 de Octubre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

El director de un medio periodístico, acusado , por delitos económicos cometidos contra la empresa que edita su periódico, se acogió a la prescripción.
¿Es legítimo que ese director, a pesar de todo, se mantenga en su cargo? ¿Puede esto afectar la credibilidad de su medio? Es legal que continúe en el cargo, puesto que no ha sido condenado judicialmente y tiene el derecho a que se le presuma inocente.
Pero no todo lo legal se puede considerar ético. Lo ético, más exigente que lo legal, impone la preeminencia del interés de los lectores sobre el de los dueños, directores o redactores de un periódico que, como espacio en donde se cuenta la historia de una sociedad, no puede ponerse al servicio de un interés particular. Cuando esto ocurre, el periódico pierde su mayor capital que es su credibilidad.
Un expresidente colombiano y director propietario del diario El Tiempo lo dijo de los escritores de un periódico, pero es predicable, y con mayor razón, de sus directores: " el escritor de un diario debe vivir en casa de cristal," porque el peso de un periódico en la sociedad es, sobre todo, moral. Un periódico necesita autoridad moral para tratar los asuntos que conciernen a toda la sociedad debe ostentarla a la hora de denunciar y combatir la corrupción y debe servirse de ella cuando fundamenta sus propuestas y sus denuncias. En lenguaje coloquial, en un periódico, que siempre se mueve en el area de candela de la historia, ninguno de sus directores ni de sus periodistas, puede tener rabo de paja.

Documentación.

La ignorancia o la mediocridad, los métodos deshonestos o moralmente dudosos, las noticias escandalosas, inventadas o huecas de interés fueron, en ciertas épocas lugares y medios, las causas del desprestigio de la profesión periodística. Causas que atentan ahora, y atentarán siempre mientras existan las extravagantes ideas sobre el periodismo como oficio de públicas murmuraciones, recriminaciones y descontentos con todo lo establecido o como una profesión neutra o éticamente híbrida e indiferente ante el bien y el mal. Tal concepto de la profesión periodística atenta contra la buena fama y prestigio de la labor informativa, digna en sí misma de ser respetada por toda sociedad. Actualmente estos casos de ignorancia, de falsedad o de métodos poco honestos son ejemplos aislados y, por tant
Desde el punto de vista ético una labor periodística ejercida con desgana y apatía puede convertirse en causa de una conducta inmoral frente a la profesión cuyo prestigio depende de la buena fama y categoría de los hombres que la ejercen.

Luka Brajnovic
En Deontología Periodística. Ediciones Universidad de Navarra. Pamplona, 1978. P. 257-258.

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