Consultorio Ético de la Fundación Gabo
29 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Dónde queda la labor social del periodista si debe defenderse de los ataques contra su libertad de información? La libertad de información no es un derecho exclusivo del periodista o del medio. Es el derecho con que se responde a un derecho anterior, que es el de toda la sociedad a recibir una información imparcial y oportuna. Al defender su libertad de información, en consecuencia, el periodista está asumiendo la defensa de un derecho que es de todos, y ese es el punto de partida para su labor en la sociedad.
Desaparece esta labor cuando distorsiona, recorta u oculta la información, como un medio para mantener buenas relaciones o merecer privilegios de quienes tienen el poder, o cuando utiliza esas prácticas para hacer oposición.

Documentación.

La actual confrontación política impide ver a periodistas y medios, militantes y combativos, que estas prácticas de mal periodismo debilitan sus propias causas. Afectan la imagen de calidad periodística que se exigen los medios de envergadura, debilitan la contundencia de sus denuncias y campañas, erosionan la credibilidad en torno a sus posiciones e intereses y los hace vulnerables a su utilización por parte de terceros.
Los lectores y las audiencias audiovisuales se sentirían seguramente mas confortadas con medios que, sin neutralizar sus claras posiciones políticas o culturales, les ofrecieran un flujo de información más confiable y un periodismo de mayor calidad. No es difícil reconstruir el sistema informativo venezolano si se restablecen algunos principios, pero muy especialmente cumpliendo las normas clásicas del buen periodismo:
Verificación de la información obtenida de terceros.
No dar crédito al rumor, al chisme que afecta a terceros, sin la debida comprobación.
Usar las fuentes con precisión.
Evitar los condicionales: habría, no se descarta, podría, al parecer, se comenta que,...etc.
Perseguir el rigor y la precisión.
Utilizar con precisión los apoyos documentales.
Transmitir las noticias evitando la propia opinión sobre las mismas. Impersonalidad.
Informar siempre con base en hechos, y contrastar opiniones de diversos bandos en casos controversiales.
No acusar a nadie, ni considerarlo sospechoso de algún delito, si no se cuenta con indicios suficientes y capaces de ser suscritos por instituciones externas al periódico.
Reproducir las citas con exactitud.
Titular en concordancia con los materiales informativos.
Cultivar la elegancia lingüística, evitar las groserías y expresiones ofensivas para alguna de las audiencias del periódico.
Uso ponderado de las encuestas para evitar ser utilizadas en conflictos de intereses.
De otra manera moriremos envenenados, sea con arsénico chavista o con cicuta golpista.

Pablo Antillano
En El periodismo venezolano sucumbe a la política. Comunicación, N 119 Pág.25

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