¿En qué consiste la teoría de la aguja hipodérmica y cuál es su importancia para el periodista?
22 de Julio de 2016

¿En qué consiste la teoría de la aguja hipodérmica y cuál es su importancia para el periodista?

Me podría explicar que significa para usted la aguja hipodérmica, su importancia para el periodista y si tiene que ver con la ética profesional. R.- Es una vieja y devaluada teoría que compara el efecto de la información periodística con el de una aguja hipodérmica que inyecta su contenido en el organismo sin posibilidad alguna para rechazarlo.
La teoría tiene, entre otras, las siguientes implicaciones:
a) Supone en el receptor de información la misma pasividad del cuerpo al recibir una inyección. Este es un supuesto irreal y desmoralizador que hace caso omiso de la capacidad crítica de los receptores. El buen periodismo estimula esa capacidad en vez de anularla. La información periodística no supone unos receptores pasivos; por el contrario, la tecnología digital provee herramientas que hacen posible la interactividad del receptor de modo que, al contrario de lo que sucedía con los medios tradicionales, cualquiera persona puede emitir digitalmente y hacer público su pensamiento.
b) La teoría da por supuesto que la relación periodista-receptor es vertical y autoritaria: yo informo y usted acepta la información, sin más. Esto pervierte el sentido de la relación que crea la comunicación, que no es la de imposición, sino la de poner en común unos contenidos. El modo de ver de los periodistas y las audiencias de hoy rechaza ese supuesto y califica como anacrónica esa comparación.
c) La comparación permite suponer que sus creadores se apoyaban en una experiencia de publicistas más que en la de periodistas. El publicista al hacer su manejo creativo y técnico de la información se propone destruir todas las resistencias de la persona frente a sus contenidos y los deja en la conciencia de la misma manera que la aguja deposita su contenido en el organismo sin resistencia posible. El buen periodismo se aleja de toda práctica publicitaria porque confía y requiere la capacidad crítica de las personas. La tendencia del periodismo de la era digital va en ese sentido: construye la información con el aporte de sus receptores y en interacción con ellos.
Documentación
El incremento constante de publicaciones y medios que compiten por la atención de la audiencia hace que para sobrevivir haya que direccionar todos los esfuerzos a captar la atención dispersa de la audiencia e incrementarla.
Por eso algunos editores de medios on line dejaron de pensar qué era bueno o interesante –categorías que ya resultan obsoletas para le edición– y se dedicaron simplemente a analizar qué quiere la audiencia. Es un cambio profundo y de consecuencias inmensurables. Puede entenderse así: la dirección editorial cambió de manos para siempre. Ahora no manda el editor y sus arbitrariedades, mandan la audiencia y sus arbitrariedades. Y la audiencia es lo mejor de los valores de un conjunto, menos la suma de los peores y los peores, sabemos suelen ser más abundantes que lo mejor. Contrariamente a lo que se suele afirmar sobre las creaciones colectivas, el comportamiento de las multitudes frente a los contenidos ofrecidos por los medios, no suele emitir ninguna sabiduría, sino más bien lo contrario.
El pronóstico es oscuro. Es cuantitativamente cierto que internet posee el mayor caudal de información de la historia de la humanidad. Pero esto no significa que las personas se renriquezcan con él, porque además de tener ese causal logró alimentar la natural falta de curiosidad y desidia de la audiencia con la capacidad de esconderlo para ofrecer cada vez contenidos más parecidos a lo que los propios usuarios desean.
Julián Gallo en La Droga de la audiencia. Nuevos desafíos del periodismo. Ariel Adepa, Buenos Aires, 2014. P. 63, 64 y 66.

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