¿Qué tan ética es la corrección del jefe de redacción si cambia en algo el escrito del periodista? ¿El periodista tiene algún reglamento o código que proteja sus escritos? Para el editor o el jefe de redacción, lo mismo que para el redactor tienen igual validez los principios éticos con los que se hace un periodismo de calidad. Por tanto, el compromiso con la verdad obliga a unos y a otros y tan severo tiene que ser el periodista como el editor en materia de exactitud, de selección de las fuentes, de crítica de los materiales que proporcionan las fuentes, de precisión y claridad al elaborar los textos.
No hay, no puede haber, éticas distintas en una sala de redacción puede haber visiones distintas y para resolver esas diferencias no tiene por qué acudirse a códigos, reglamentos o tribunales, si existe la forma inteligente de resolverlas que es el diálogo cara a cara.
En algunos Manuales de Estilo está prevista esta dificultad común en las redacciones y se establece, por ejemplo, que el principal responsable de una información es quien la escribe, pero que esto no exime a los editores de competencia para revisarla y mejorarla. (Libro de Estilo de El Comercio, Lima.)
En el código de conducta de The Washington Post se lee: "nuestro objetivo es la precisión, nuestra defensa, la imparcialidad. Debemos escuchar respetuosamente a las personas que nos hacen notar los errores." El diario La Nación, de Buenos Aires tiene como principio: 2 tanto las informaciones como las opiniones de La Nación serán sometidos, antes de su publicación, a un análisis severo por parte de editores y redactores."
Documentación.
Todas las historias necesitan algún tipo de retoque y de corrección editorial, pero el buen editor prefiere dejar el control al redactor cuando ésta necesita cambios significativos. El editor lo hace porque el reportero conoce la historia y robarle el control puede conducir a inexactitudes y distorsiones. Ayudar a un redactor a arreglar la historia le permite creer en su habilidad y sentirse completamente responsable de los cambios en la copia.
Todo editor debe aprender a arreglar historias, pero arreglarlas no es lo mismo que asesorar. Asesorar es el lado humano de editar arreglar, el lado literario. En otras palabras, el editor asesora al escritor y en el proceso arregla la historia. Los editores deben entender todas las implicaciones de esta distinción crucial.
Editar le sirve al lector, porque mejora la historia y al redactor al mismo tiempo. Los editores logran las dos cosas al ayudar a los redactores a arreglar las historias, en lugar de arreglarlas ellos mismos.
Roy Peter Clark y Don Fry
En Asesoría Editorial a Periodistas. Universidad de Antioquia. Medellín, 2000. P.10