Un candidato a diputado fue secuestrado y sus secuestradores enviaron un video a las televisoras en el que el secuestrado solicita el pago de rescate, la no intervención de las autoridades y el apoyo de los medios para difundir el mensaje. Las televisoras han difundido ese mensaje. ¿Sirven como instrumento a los delincuentes?¿Tiene el secuestrado el derecho de solicitar el apoyo para que se difunda su mensaje? ¿Cómo deben actuar medios y gobierno ante tal situación? En casos como este, y en todos aquellos en que intervienen terroristas o delincuentes, el gran objetivo de la prensa es informar con libertad, por consiguiente, sin presiones directas o indirectas del delincuente.Algunas de esas presiones son sutiles y efectivas, como las que se crean por el carácter espectacular del hecho, que obligan al periodista a informar irreflexivamente. En esos casos el terrorista obtiene la difusión entusiasta de sus acciones y la multiplicación del terror a través de los titulares y notas que dan cuenta de los efectos de su acción.
Otras presiones son más fácilmente detectables como son los comunicados o las cintas grabadas con autoentrevistas o declaraciones del terrorista.
En el caso mencionado por la pregunta se utiliza a las propias víctimas y es de las presiones más perversas porque convencen al medio de comunicación con el argumento de que cediendo a la presión del secuestrador se favorece al secuestrado y el medio de comunicación entra a ser manipulado por el delincuente y a convertirse en una pieza útil para sus propósitos de intimidación, de lucro económico y de impunidad. En los países en donde se presentan tales situaciones la respuesta es la de no darle voz al terrorista cuando es evidente su propósito de amplificar sus exigencias e imponer su voluntad a través de los medios. La voz del secuestrado, a su vez, es claro que no es libre y que se convierte en la voz del secuestrador.
Documentación.
Las teorías y opciones prácticas en el tratamiento informativo del terrorismo pueden reducirse a estas:La tesis del silencio total que pretende justificarse en que la forma más eficaz de combatir el terrorismo consiste en silenciar completamente sus acciones. Los terroristas tienen particular interés en aparecer en los medios. Esta postura tiene poca aceptación porque dado el interés del terrorista en aparecer, rechazarlos sería muy difícil y podría resultar altamente peligroso y aún en el caso de que los medios se pusieran de acuerdo, la información sería sustituida por los rumores y las sospechas, lo que contribuiría a sobrevalorar las acciones de los terroristas. La desinformación y el rumor, además de preparar mejor la dictadura del miedo comportaría mayores efectos negativos que los que pudiera inducir la información.La tesis opuesta es la del libre flujo informativo. Algunos parecen sostener que la libertad de informar del periodista debe prevalecer sobre cualquier otro motivo e interés en conflicto. Como crítica de esta teoría han sido denunciados los mitos que deben deshacerse:El culto a la objetividad puramente fáctica que prepara la plataforma terrorista El culto a la rapidez expresado en el famoso dicho " escribir primero y pensar después," que favorece la causa terrorista El culto mimetista de las fuentes que consiste en la peligrosa dependencia informativa de los terroristas usando su propia terminología.Existe también el culto a la violencia por parte de los telespectadores, que se acostumbran a ella y los periodistas la sirven bajo pretextos informativos.Esto lleva al culto de las malas noticias y de la espectacularidad. El terrorismo es una mezcla de propaganda y teatralidad magnificada por las cámaras.Hay posturas intermedias como la del neutralismo informativo, en que el periodista debería actuar como un aséptico notario cuya función es relatar materialmente lo que oye y lo que ve. Es una neutralidad ni posible, ni aconsejable.
Y está la postura de la información selectiva de calidad, que añade al pronunciamiento negativo sobre los actos terroristas, la diferenciación de hechos y opiniones y evita a cualquier precio el lenguaje de los terroristas. Informa a nombre de la vida de las potenciales o actuales víctimas y da a conocer lo que a los terroristas les gustaría ocultar.