¿Cuántos códigos éticos de periodismo existen a nivel internacional y cuál es la idea en que se fundamentan? En español se conocen dos importantes compilaciones de códigos de ética periodística: la del español Porfirio Barroso Asenjo: "Códigos Deontológicos de los Medios de Comunicación," en la que el lector encuentra 81 códigos de entidades internacionales, nacionales y códigos para la radio y la televisión.
El mejicano Ernesto Villanueva reúne en su libro "Deontología Informativa," 103 códigos. Además de los códigos internacionales y nacionales, incluye los de 15 distintos medios de comunicación de Brasil, España, Argentina, México, Colombia, Reino Unido, Costa Rica, Estados Unidos y el de la agencia de noticias Reuter.
El profesor alemán Michael Kunczik publicó en inglés el libro Ethics in Journalism en el que estudia, con especialistas de cada región, los códigos de los periodistas de África Oriental, del África anglófona, del sureste asiático, del sur de Asia, de Asia Central y de Latinoamérica.
Cada código destaca los valores esenciales de la profesión y los aplica a las condiciones propias de cada región, país o medio de comunicación. El fundamento de esos códigos es una doble reflexión: sobre la profesión misma y las exigencias que le plantea su papel en la sociedad, y la respuesta que periódicos y periodistas están obligados a darle a su país, a su región o a sus lectores.
Un elemento nuevo que indica el aumento de la preocupación de los medios por su práctica periodística es la aparición de los Manuales de Estilo o de Redacción en los que, de modo institucional, se adoptan como guía unos valores éticos profesionales resumidos en un código de conducta. Sin embargo, siempre será cierto que la adopción de esos valores es una decisión personal de cada periodista.
Documentación.
Nada extraño el interés universal por el estudio de la deontología en la profesión periodística. Si queremos que los medios de comunicación no terminen por conformar la sociedad a sus exigencias técnicas y económicas, y si queremos evitar a toda costa que el poder político, económico, o bien el imperialismo de las grandes agencias y cadenas de periódicos anulen las largas décadas de lucha por la consecución de una verdadera información libre, veraz y objetiva.
La necesidad de los códigos de ética es evidente. Tienen un papel preeminente que jugar en cualquier intento de autocontrol. Aunque históricamente un código de ética ha sido un convenio entre iguales, los códigos actuales son más exigentes, tienen que estar apoyados sobre la integra consideración del servicio a los intereses públicos.
Sin los códigos de ética existiría el peligro real para el autocontrol de la prensa por ella misma, ya que entonces serían los gobiernos y las cámaras quienes ocuparían su vacío, legislando a su arbitrio normas, leyes o preceptos que no emanarían de los propios profesionales, destruyendo así su libertad individual y profesional, su iniciativa y su sistema de profesión cerrada. Las actuales leyes de la mayoría de los países dejan un campo abierto para la ocupación de los códigos de ética periodística en beneficio de los objetivos de la sociedad, reconociendo así el esfuerzo particular de los códigos de ética que es a la vez necesario y útil a toda la sociedad. En los países en que no existen códigos, su función la acaparan los estatutos u organismos de prensa que, por ser estatales, reduce
Porfirio Barroso Asenjo
Códigos Deontológicos de los Medios de Comunicación. Paulinas, Madrid, 1984. P. 15 y 16.