Consultorio Ético de la Fundación Gabo
27 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Por qué se le está dando tanta importancia a que el periodista sepa contar historias? Debiera bastar con dar noticias, ¿o no? No basta. De hecho las encuestas de calidad que se han hecho este año (Invamer, Gallup) señalan como una falla, la alta preferencia de los periodistas por el género noticia.
En efecto, al periodista no le basta con el esfuerzo para hallar y comprobar la verdad de un hecho después de esas etapas de su trabajo sigue la de comunicar esa información, o sea, la de volver comunicable su noticia. En esa etapa de la elaboración de la noticia el periodista debe preguntarse por el género con el que puede llegar más certeramente a sus lectores u oyentes. Y la noticia, en una crónica o en un reportaje, adquiere un poder a la vez pedagógico y de generación de influencia.
Concentra la atención del receptor, facilita la comprensión del hecho, logra fijarlo en su memoria y, sobre todo, involucra a los receptores en el hecho.
No se cuentan las noticias solamente para que las personas estén enteradas el relato de una noticia busca que el receptor participe en los hechos o porque lo afectan a él o a los suyos, o porque pueden llegar a afectarlo. La noticia mejor dada es la que convierte al receptor en sujeto de la historia común y eso es lo que logran las historias bien contadas.

Documentación.

Cada mañana se nos informa sobre las novedades del planeta. Y sin embargo somos pobres en historias singulares. ¿A qué se debe esto? A que no nos llega ningún acontecimiento que esté libre de datos explicativos. Ya casi nada de lo que sucede redunda en provecho de la narración, casi todo va en provecho de la información. Porque si se puede reproducir una historia preservándola de las explicaciones, ya se logró la mitad del arte de narrar. Los antiguos eran maestros en ese arte. Herodoto a la cabeza. En el capítulo catorce del tercer libro de sus Historias, está la historia de Samético. Cuando este rey fue vencido y tomado prisionero por el rey de los persas, Cambises, este se empeñó en humillar al prisionero. Dio orden de hacer parar a Samético al costado de la calle en la que tendría lug

Walter Benjamin
Breves malabarimos artísticos. Buenos Aires. 1992. P 151-152

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