¿Es ético eliminar o rebajar el número de páginas asignadas a Culturales, por colocar publicidad? El objetivo social de un periódico les impone a los gerentes unos topes en materia de publicidad, más allá de los cuales aparece el peligro de convertir el periódico en un catálogo de ventas, con el consiguiente menosprecio o rechazo por parte de los lectores. Además, el abuso en los espacios de publicidad va en claro detrimento de los derechos del lector que compra un periódico o mantiene una suscripción, bajo el tácito compromiso de que él paga para recibir información, no propaganda. Es en este punto en donde comienza un reclamo ético de justicia.
La tensión entre el carácter de negocio de un medio de comunicación y su responsabilidad social puede dar origen a un desbalance a favor del negocio, que le resta al medio de comunicación credibilidad y aprecio entre sus lectores. En esas condiciones el periódico puede ganar dinero a corto plazo, pero a mediano plazo llegará a ser un mal negocio porque habrá perdido influencia y respetabilidad.
También puede darse el desbalance a favor de la función social del periódico, pero en perjuicio de su solidez como negocio tendrá credibilidad, pero no medios para sobrevivir.
Los medios de comunicación que sobreviven como empresas son los que logran el punto de equilibrio de los buenos periódicos, o sea que son buenos negocios porque hacen un buen periodismo, y pueden hacerlo porque tienen un adecuado apoyo en una buena empresa.
Documentación.
¿Qué es lo que se ha llamado periodismo? Mucha gente del gremio se refiere a él como negocio. Y en realidad es un negocio pero es algo más que eso. Algunos periodistas dicen que es una profesión, otros prefieren palabras como comercio u oficio.
Ralph Otwell, exeditor del Chicago Sun Times cree que uno no puede convertir el periodismo en profesión por decreto y espera que "nunca haya un requerimiento de licenciatura que nos profesionalice de la misma forma como son profesionalizadas la medicina, el derecho y otros campos". Pero pensar en el periodismo como profesión en el sentido de que "el trabajo de cada uno tiene una obligación con el público que trasciende los meros negocios y el comercio". Infortunadamente, de acuerto con Otwell, el periodismo no es ampliamente percibido como profesión por parte del público o "por mucha gente dentro de él".
El profesor Edmund B. Lambeth sostiene que el periodismo es "un oficio con responsabilidades profesionales". Afirmando que las licencias para los periodistas "violarían la Primera Enmienda de la Constitución, al involucrar al gobierno en la restricción de los derechos de algunas personas a publicar, o a penetrar en el periodismo y practicarlo". Lambeth escribe que "la función de servicio del periodismo en una sociedad democrática es tan importante y su componente ético tan imperativo que eliminarlo del rango de las profesiones sería una locura".