Consultorio Ético de la Fundación Gabo
26 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Cómo pueden los medios comunitarios criticar de alguna forma a los medios masivos sin entrar en franca contradicción con sus propios contenidos y con sus funciones como empresa? Para los medios de comunicación, sean comunitarios o comerciales, el objetivo supremo es el servicio de los que reciben su información. Como se comprende ese objetivo abarca una amplísima diversidad de temas, entre ellos, el uso de los medios de comunicación y la protección del ciudadano frente a los reales o presuntos abusos de quienes manejan ese poder.
Desde este punto de vista no aparece ninguna contradicción en el hecho de que un medio señale los errores de otro medio, si esto es necesario como advertencia para el receptor de información y no un truco deshonesto para combatir a los medios de la competencia.
En cambio, asumir que los medios de comunicación tienen la obligación de callar los abusos que se cometen desde los medios, es tanto como pensar que entre medios existe un pacto mafioso para encubrirse los unos a los otros. La primera lealtad del medio y del periodista no es ni con su empresa, ni con los otros medios, sino con el lector, oyente o televidente. Se trata de hacerle conocer los abusos de que puede ser víctima, de dondequiera que vengan, y de prevenirlo ante posibles daños. De la misma manera es ejemplar la conducta de los que destacan los éxitos y los aciertos de los otros medios, para conocimiento y utilidad de los consumidores de información.

Documentación.

La obligación del periodista es ante todo con la comunidad y esa obligación no puede supeditarse a otras. El deber de la lealtad obliga al periodista a insistir ante los directivos de su medio sobre la importancia de las noticias que considera de necesario conocimiento para la comunidad. Esa obligación primordial de informar es reconocida en el Preámbulo del Código de ética del Círculo de Periodistas de Bogotá: "La ética de la profesión se relaciona fundamentalmente con la responsabilidad del periodista frente al público ésta no puede subordinarse a obligaciones de otra índole que tenga el periodista con su fuente, con el medio en que trabaja o con su propio gremio."
Los periodistas de Brasil califican como "una ofensa contra la sociedad cualquier restricción de la información." (A.4) y la Asociación de Medios de Comunicación del Caribe, en el preámbulo de su código de ética, advierte que es "objetivo fundamental de su conducta servir al interés colectivo de los habitantes de la región." Por su parte los periodistas de Chile afirman que se viola la ética profesional "si por cualquier razón se reduce, distorsiona o suprime la información." (A.4)
La obligación moral de lealtad con el medio en el cual trabaja el periodista llega además para éste hasta un límite muy preciso: no hacer, por solicitud de la empresa, nada que contraríe los principios fundamentales de la ética periodística. Y en este aspecto, nuevamente juega el paralelismo anotado entre ética y profesionalismo: el periodista que sucumbe a presiones indebidas por parte de su empresa va perdiendo poco a poco credibilidad como profesional.

Herrán y Restrepo.
ética para Periodistas. Tercer Mundo. Bogotá, 2000. Página 55.

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