Consultorio Ético de la Fundación Gabo
26 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Qué hacer cuando se recibe una amenaza de parte de un funcionario? Ante las amenazas, los periodistas adoptan distintas actitudes, de acuerdo con las circunstancias y según la gravedad de la amenaza.Poner el hecho en conocimiento de las directivas en busca de la solidaridad del medio de comunicación porque hay una responsabilidad compartida entre el periodista y el medio que le publica, aunque se trate de un periodista independiente.Hacerlo conocer de las autoridades, si es posible, con el respaldo del medio de comunicación, para obtener su protección si es el caso.Hacerlo conocer de los lectores, oyentes o televidentes para obtener el respaldo de la sociedad. En este caso, el periodista, dentro de la información correspondiente, hace públicas las amenazas y sus motivos.Si la amenaza se origina en la denuncia fundamentada de un caso de corrupción, o por la denuncia, con fundamento, de acciones criminales, hay grupos de periodistas que, en un gesto de solidaridad y de responsabilidad social, asumen en común el tema de la denuncia, comparten datos y publican de modo simultáneo en sus distintos medios como notificación, para quien amenaza, de que no se trata de silenciar a un periodista aislado, porque son todos los periodistas los que hacen una voz común.Los casos de amenaza deben estimular en el periodista un examen de la responsabilidad con que adelanta su trabajo porque está de por medio, la solidez de la verdad de las denuncias. No basta que los hechos se difundan, además deben estar protegidos con una documentación a toda prueba. La defensa del periodista amenazado comienza cuando sus denuncias están sólidamente fundamentadas.

Documentación.

En nuestra experiencia lo que se debe hacer frente a las amenazas, primero es denunciarlas ante los órganos nacionales encargados de la investigación. Estas denuncias muchas veces no se hacen porque son inútiles o porque no van a ser efectivas.
Es importante que se hagan, el hecho de que no se denuncien quita responsabilidad al Estado. La Comisión dijo ya, en un caso de Méjico, que el Estado no era responsable por un periodista que fue asesinado, porque no se habían denunciado las amenazas, y por tanto el Estado no tenía cómo saber ni cómo investigar.
Lo segundo es que es muy importante hacer una documentación de las amenazas. En general, en nuestra experiencia, las amenazas pasan a ser parte de la costumbre y de lo normal, y por tanto no se toman en serio o no se documentan, no se guarda registro de las amenazas: a qué horas llegan qué fue lo que se dijo de dónde vienen si vienen por correo electrónico, guardarles y tener la hora.
Todas estas cosas son muy importantes para hacer la denuncia ante la Comisión Interamericana, porque en general ese tipo de detalles sirven para dar el marco de seriedad a la denuncia y también para la futura investigación porque muchas veces la investigación no inicia y un año más tarde, cuando ya no existe ningún rastro y si no se documentó a tiempo, es muy difícil hacerlo.
En general, las medidas cautelares que ordena la Comisión, ordenan la causa del cese de la amenaza como, por ejemplo, en el caso de un periodista venezolano editor y dueño del diario La Razón, en que se ordenó que se levantara una medida de censura previa que se había ordenado en un proceso de injuria y calumnia que había en contra de él.
Se ordenan medidas de protección, que se otorgan siempre en consenso con la persona a la que se va a dar protección. Cuando uno está pensando que quiere pedir medidas cautelares, es muy importante pensar cuáles son las medidas de protección que le pueden servir, es decir si lo que quiere es protección policial, o un chaleco antibalas o un casco, o el traslado a otra zona, es muy importante solicitarle a la Comisión específicamente estas cosas para entrar en diálogos con el Estado.

Marisol Planchar.
Centro para la justicia y el derecho Internacional. La Verdad Herida, Proyecto Antonio Nariño. Editorial Cerec, Bogotá.

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