Consultorio Ético de la Fundación Gabo
26 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Me gustaría conocer el punto de vista ético sobre la encarcelación de Judith Miller por negarse a revelar las fuentes de información y sobre la actitud de Matt Cooper. Como ya lo manifestaron importantes medios periodísticos de Estados Unidos, este encarcelamiento pone de manifiesto una clara debilidad del sistema judicial de Estados Unidos porque los procedimientos judiciales resultan prioritarios frente al respeto debido a la verdad.

Dicho de otra manera, allí resulta más importante la verdad que un juez debe obtener, que la verdad que se le debe a toda la sociedad.

También es evidente la falta de autonomía y de calidad de las investigaciones judiciales que pretenden apoyarse en el trabajo de los periodistas y los convierte en auxiliares de la justicia.

De atenernos a las declaraciones del fiscal Fitzgerald, el régimen judicial de Estados Unidos, enredado en sus propias normas, desconoce la importancia que tiene para la sociedad el trabajo de quienes sirven su derecho a saber. Aunque en 1972 el magistrado William Douglas reconoció la posición privilegiada de la prensa en el esquema constitucional "como una clase favorecida para satisfacer el derecho del público a saber, "lo que se expresó en la detención de la periodista Judith Miller fue un completo desdén por ese derecho, a favor de un orden legal torpe. En adelante, como lo atestiguó el New York Times", será más difícil persuadir a un empleado del gobierno, aterrorizado, de hablar sobre los malos manejos en los altos puestos o a un trabajador atemorizado de hablar sobre crímenes corporativos". En efecto, la medida judicial parece favorecer indirectamente el silencio que protege a los corruptos en el gobierno.

Esto explica la reacción ante la decisión del periodista Mattew Cooper de testificar ante un jurado. "Estamos profundamente decepcionados con esa decisión", afirma el New Cork Times, a la vez que agradece a la periodista Millar "su sacrificio". Lo que está de por medio no es un asunto secundario, o un simple privilegio de los periodistas. Es la defensa de un mecanismo que le permite al periodista cumplir con su más fundamental compromiso ético: llegar a la verdad de los hechos y ofrecérsela a los lectores con la ayuda de fuentes libres, hasta donde es posible, de las presiones del temor.

Documentación.

Los periodistas responsables reconocemos que la libertad de prensa no es absoluta y debe ser ejercida con responsabilidad. Este periódico no publicará, por ejemplo, detalles de los movimientos de tropas estadounidenses antes de una batalla, porque la publicación pondría en peligro vidas y la seguridad nacional. Pero estos límites no pueden ser dictados por los antojos de una rama gubernamental, especialmente si es detrás de un manto de secreto.

De hecho, los fundadores alertaron sobre cualquier intento de que el gobierno fijara los límites de la prensa libre bajo cualquier circunstancia. "Por muy deseables que esas medidas pudieran ser, las cuales podrían corregir sin esclavizar a la prensa, nunca han sido ideadas en Estados Unidos", escribió Madison.

Los periodistas hablan mucho sobre estos asuntos, que pueden sonar abstractos. La prueba llega cuando una colega va camino a la cárcel por hacer nada distinto que el trabajo que nuestros lectores esperaban de ella, y del resto de nosotros. El Times ha estado en estas batallas antes, comenzando en 1857, cuando un periodista de nombre J.W. Simonton escribió un editorial sobre sobornos en el Congreso y fue mantenido en desprecio por la Cámara de Representantes durante 19 días por negarse a revelar sus fuentes. Al final Simonton se mantuvo fiel y el congresista corrupto renunció. No todas nuestras batallas han tenido final feliz. Pero cada vez, ganemos o perdamos, nos mantenemos convencidos de que el público gana y que lo que está en juego es nada menos que el fundamento de nuestra sociedad: los ciudadanos controlan al gobierno en una democracia. Estamos con Miller y le agradecemos por asumir esa batalla en nombre de todos nosotros.

Editorial del New York Times. 08-Jul-05

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