Consultorio Ético de la Fundación Gabo
26 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Las imágenes crudas de personas heridas son antiéticas o es informar la realidad tal cual es? El tratamiento que le dio la BBC de Londres a la información sobre los atentados dinamiteros recientes, ha sido destacada por el respeto a la dignidad de las víctimas y por la responsabilidad sobre sus efectos sociales, que son los criterios que los códigos de ética señalan como guías de la acción del periodista en esas circunstancias.

La víctima y las personas cercanas a ella, tienen el derecho a no ser molestados por terceros, así sean periodistas. Sea que se trate de muertos, heridos o damnificados, su condición de víctimas tiene una connotación de intimidad que debe ser respetada. Cuando el periodista informa sobre el hecho violento y sobre la implicación de estas personas en el hecho, como agentes pasivos, lo hace con la mirada solidaria de la sociedad, no con el ojo curioso y utilitario de quien aprovecha el dolor ajeno para su propio beneficio. Este criterio, asimilado por el medio y por el periodista, da el tono y la justa medida para el tratamiento de esta clase de noticias.

Las emisiones de la BBC sobre los atentados en Londres recibieron el aplauso de los críticos porque fueron notorias la mesura, la discreción y el respeto con que se manejó la información. En cambio, televidentes acostumbrados al curioseo del dolor ajeno echaron de menos las imágenes violentas y creyeron estar ante una información fría e indiferente. Las explicaciones de la propia estación se convirtieron en una provechosa lección para estos televidentes: no se trata de asomarse a estos hechos por curiosidad, sino por solidaridad y con el ánimo de averiguar claves para que no se repitan.

Documentación.

Lo más importante luego de un ataque terrorista es el manejo de la información. Es un asunto de vida o muerte. Y en esto el gobierno de Gran Bretaña estuvo magistral. Demostró que estaba preparado y le dio al mundo una lección de cómo se hacen las cosas.

El criterio de los ingleses es muy sencillo: la información en las horas y días siguientes es tan crítica, que hace parte del teatro de operaciones de la guerra. Por eso, evitar que hablen lagartos, políticos y dirigentes sin oficio no es sólo una cortesía con los ciudadanos, sino un elemento central de la estrategia de choque contra los terroristas.

No hubo sino in vocero para declaraciones oficiales: el primer ministro Tony Blair. Ello dio consistencia en el mensaje y tranquilidad a la opinión pública.

No se habló de hipótesis sobre el atentado. De esta manera cuando salgan a señalar un culpable o un modus operandi, o hablen de unas pistas sobre los criminales, lo harán con suficientes pruebas.

Quedó claro que la veda informativa impuesta en Gran Bretaña ayuda al mejor manejo del operativo médico y facilita la búsqueda de pistas para rastrear a los criminales dentro del necesario sigilo. No sucede como aquí, en donde algunos medios convierten los hospitales en un vergonzoso reality de dolor y de suspenso.

Gran Bretaña tiene la legislación antiterrorista más fuente del planeta. Incluso más severa que la de Estados Unidos o Italia. Y la hicieron valer en este caso con notable éxito. Demostraron que había un plan, que todo el gobierno tenía el mismo libreto y que el director de orquesta era uno solo.

Ricardo Santamaría.
El terrorismo y la información.
Columna de opinión en el diario El Tiempo de Bogotá, 09-07-05

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