¿Qué tan éticos son los relatos periodísticos de escándalo sobre sacerdotes? Una crónica sobre un cura gay no tenía fuentes, era un novelón y sin embargo le dieron un despliegue sin justificación. La consistencia ética de una crónica periodística comienza a juzgarse a partir de su veracidad que, como se expresa en la pregunta, puede resultar débil por falta de fuentes. El lector tiene derecho a pensar que si la fuente no aparece es porque el relato es responsabilidad del periodista quien puede haber combinado ficción y realidad, o haber presentado datos de ficción solamente. En cualquiera de los dos casos la veracidad de la crónica se debilita hasta desaparecer.
El juicio del artículo continúa cuando se lo somete al parámetro ético de la responsabilidad: ¿A quién afecta la crónica? ¿Lesiona de alguna manera a una institución, persona, gremio o colectividad? ¿Está justificado de alguna manera ese efecto lesivo, por ejemplo por el mayor bien que produzca ese relato o denuncia?
Cuando está de por medio el buen nombre de una persona, o de alguna colectividad, cualquier denuncia tiene que estar sólidamente fundamentada y su efecto benéfico debe ser mayor que el mal que eventualmente pudiera producir.
Finalmente, cabe preguntar si la publicación de la crónica se puede juzgar como un acto independiente de intereses como el de la circulación del diario, o el de hacer daño a personas o entidades.
Cuando una crónica resiste este análisis y se comprueba que es a la vez veraz, responsable e independiente, se puede concluir que es un periodismo ético y de calidad.
Documentación.
La ética de la comunicación se ocupa del deber ser de toda relación de cubicación y de todas las relaciones comunicacionales que impiden o dificultan el ideal de la comunicación, que es el horizonte ético que debemos buscar. Las adecuadas vías de comunicación para que ese núcleo básico, que es la dignidad de la persona, pueda ser potenciado, son su sujeto de estudio. Franç a Turrago propone tres principios fundamentales como canales de dignificación:El principio de beneficencia, o imperativo de hacer el bien, por el que la búsqueda de hacer el bien no es cualquier noción de bien, sino aquel que acreciente la libertad y la reciprocidad igualitaria de las personas que viven en una comunidad de interacción. Se trata de una comunicación humanizadota, que se inserta en un proceso progresivo de incremento en la persona humana, de su conciencia, su libertad, y su gozo de vivir formando parte de un pueblo.El principio de respeto por la autonomía, quiere decir respeto por la capacidad de la persona de asumir su propio mundo de valores, de filosofía de la vida o de normas de conducta. Ninguna comunicación podría justificarse si por lo menos en última instancia no buscara el incremento, el mantenimiento o el respeto de una mínima autonomía en el sujeto para que este dirija actos de acuerdo a su escala propia de valores o de concepción de la vida.El principio de justicia, que es el imperativo que obliga moralmente al ser humano a la justa equidad de consideración y respeto por todo ser humano.José Luís Gálvez, Martha Paz y otros.
Sensacionalismo. Centro de Estudios para el Desarrollo. La Paz, Bolivia. 2003. Páginas 136 y 137.