Consultorio Ético de la Fundación Gabo
25 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Debiera una periodista renunciar a su tarea cuando su esposo asume una importante función pública? ¿Hay casos similares? ¿Cómo se han resuelto? Para evitar un conflicto de intereses, real o aparente, la práctica aconseja alejarse del trabajo periodístico, salvo que se escoja un área informativa libre de toda sospecha o posible conflicto, vg. el área de cultura o de deportes.
Cuando se habla de conflicto real o aparente se da a entender que no basta ser independiente sino parecerlo. El periodista, personalmente, puede hacer caso omiso de sus vinculaciones familiares o de afecto a la hora de actuar profesionalmente, pero esto no es lo que creerán los usuarios de su información ellos establecerán, inevitablemente, la relación entre el periodista y su familiar en cargo oficial.

Se llega a esta aparente minucia porque está de por medio una calidad fundamental para el ejercicio periodístico: la independencia. Expresa o implícitamente los que reciben información la reclaman para poder creer. Expresamente la necesita el periodista para llegar a la verdad. Cuando en el tortuoso camino hacia la verdad se atraviesan los familiares, los afectos, los desafectos o los intereses, puede volverse imposible llegar hasta ella. Esto implica la oportunidad y la solidez de las normas existentes en los códigos de ética y en los Manuales de Estilo sobre la independencia y sobre la necesidad de evitar los conflictos de intereses.

Al mencionar la práctica que aconseja alejarse del ejercicio periodístico en estos casos, se aludía a la decisión de una importante periodista colombiana quien, ante el nombramiento de su esposo como ministro de hacienda, abandonó su muy leída columna en uno de los principales diarios del país. También es norma en dos de esos diarios que cuando alguno de sus columnistas opta por la política y se convierte en candidato, debe renunciar a la actividad periodística.

No obstante ser el más sólido patrimonio de un periodista y de un medio, la credibilidad es tan frágil que se deteriora fácilmente, aún con un aparente conflicto de interés.

Documentación.

El periodista de El Tiempo estará inhabilitado para cubrir informaciones sobre sucesos en los cuales algún familiar suyo sea protagonista.
Manual de Redacción de El Tiempo. A 102.30

Los redactores y editores se comprometen a enfocar cualquier tarea periodística con la imparcialidad propia de una mentalidad abierta y sin preconceptos.
(...)Este diario se compromete a evitar un conflicto de intereses o la apariencia de un conflicto de intereses en cualquier parte y en cualquier momento que sea posible.
Código de Conducta de The Washington Post.

Si el redactor estuviera involucrado, familiar, sentimental o económicamente, con personas vinculadas a la información, deberá comunicárselo a su superior, quien decidirá si lo aparta o no del caso.
Libro de Estilo de El Comercio, Lima. A. 1.2.2.

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