Consultorio Ético de la Fundación Gabo
25 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Cuál es su apreciación del libro Los Cinco Sentidos del Periodista, de Ryszard Kapuscinski? Este libro, publicado para distribución gratuita por el Fondo de Cultura Económica y por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, contiene las experiencias, reflexiones y diálogos del periodista y escritor polaco con periodistas latinoamericanos en sendos talleres en Ciudad de México y Buenos Aires.

Es un texto que resume la visión del periodismo del reportero con mayor credibilidad en el mundo. El valor del libro es que de comienzo a fin constituye una reflexión ética respaldada, como debe ser, en la vida profesional del autor. Nadie con un repertorio tan rico de experiencias derivadas de su apasionante ejercicio periodístico como corresponsal de guerra, y con tanta autoridad moral para trazar el deber ser de la profesión.

En las dos ocasiones, en México y Buenos Aires, los auditorios numerosos y entusiastas, demostraron que entre los periodistas de hoy la aproximación a lo ético dejó de ser un ejercicio teórico de molesta aplicación práctica, para convertirse en una estimulante revelación de los valores concretos y actuantes de la profesión.

Las exposiciones de Kapuscinski tienen una impactante característica: revelan una profesión de altísima dignidad intelectual y social, a la vez que un excitante reto para los más generosos y honestos trabajadores de la prensa. Ese mensaje de entusiasmo y alegría profesional es el mismo que transmite la ética cuando describe la utopía del periodista, esa imagen ideal que mantienen los profesionales de la prensa como referente para una autosuperación continua. Los que leen o escuchan a Kapuscinski son conscientes de que él ha puesto un listón levado en los niveles de calidad profesional para los periodistas del mundo pero al mismo tiempo, y esto explica el entusiasmo con que se le sigue, revela que, aunque alto, es un ejemplo de lo posible.

La ética en este hombre deja de ser una teoría o un imposible y se descubre como lo posible. Es un posible deseable y fascinante, como reto vital.

Documentación.

En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes:

El primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos...No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otra manera de ejercitarlo.

El segundo elemento es la constante profundización en nuestros conocimientos. En el periodismo la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Día tras día tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro.

Hay una tercera cualidad importante y es la de no considerarla como un medio para hacerse rico[...] Los lectores son personas muy justas que reconocen enseguida la calidad de nuestro trabajo y, con la misma rapidez, comienzan a asociarla con nuestro nombre saben que de ese nombre van a recibir un buen producto. Ese es el momento en que uno se convierte en un periodista estable. Para llegar hasta aquí son necesarias esas cualidades del sacrificio y el estudio.

[...] La experiencia personal es, naturalmente, fundamental. La fuente principal de nuestro conocimiento periodístico son los otros. Los otros son los que nos dirigen, nos dan sus opiniones, interpretan para nosotros el mundo que intentamos comprender y describir. No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos.[...] Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un bueno hombre, o una buena mujer buenos seres humanos.

[...] El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente de buen periodismo. Si leéis los escritos de los mejores periodistas, comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional. Están luchando por algo.

[...] Sin estas cualidades podréis ser buenos directores, pero no buenos periodistas.

Ryszard Kapuscinski.
Los cínicos no sirven para este oficio (extracto). Anagrama, Barcelona 2002. Páginas 36 a 39.

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