Consultorio Ético de la Fundación Gabo
25 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Cómo se ha abordado el tema del suicidio en los medios de comunicación colombianos? La información sobre suicidios merece una especial consideración en los manuales de estilo.

Documentación.

El Manual de Estilo y Redacción de El Colombiano (Medellín) preceptúa: "El Colombiano tratará con máxima delicadeza y prudencia los casos de suicidio por consideración con la propia persona, con los sentimientos de su familia, y con los de la sociedad a la que se debe evitar el riesgo de que, por imitación, se ponga en peligro la vida de las personas" (A 3.4).

El diario El País, de Madrid, incluye en su Libro de Estilo, la siguiente norma: "El periodista deberá ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios. En primer lugar porque no siempre la apariencia coincide con la realidad y también porque la sicología ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese momento un estímulo de imitación, Los suicidios deberán publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de interés general" A. 1.6.

La periodista colombiana Maryluz Vallejo en su libro A Plomo Herido (páginas 234 y siguientes) incluye una documentada historia del tratamiento dado al suicidio por parte de los periodistas colombianos, de la que destaco algunos apartes:

"Una de las primeras hipótesis planteadas en la investigación periodística era la del asesinato y hasta demostrarlo reinaba la especulación en el seguimiento del caso".

[...] Como se sabe los suicidas eran excomulgados y enterrados en el último rincón del Cementerio Central y sólo en 1930 la Iglesia permitió que José Asunción Silva fuera sepultado como los demás mortales. Comenzó, entonces, con Silva, la leyenda sobre los suicidas".

[...] Dado que el suicidio era un tema tabú, vetado por la Iglesia y sancionado por las gentes decentes, a finales del siglo XIX comenzaron a aparecer notas sobre suicidios en la prensa liberal, aunque los cronistas le apuraban algunas gotas de moralina a la historia para que los católicos no siguieran el mal ejemplo".

[...] En 1911 el satírico Comentarios comenzó a publicar crónicas de suicidas, particularmente "fámulas sentimentales" que se mataban por amor.

[...] (Eran) minicrónicas que expresaban el sentir de una sociedad discriminatoria, la cual se mofaba de sus criaturas más débiles".

[...] En 1914 los directores de los diarios habían firmado un pacto de silencio por el cual se comprometían a no publicar nada relacionado con suicidios para evitar ideas contra el dogma católico y la propagación de esa "peste".

[...] "En junio de 1918 Gaceta Republicana anuncia una nueva racha de suicidios con este titular: �Un distinguido joven se levanta la bóveda craneana con un proyectil de revolver` mostrando de paso el delicado tratamiento informativo dada la condición social del occiso".

[...] En los años cuarenta cronistas estrella cultivaron con original estilo la crónica de suicidios Ximénez metía en el bolsillo del suicida un poema apócrifo (escrito por el propio periodista) sin otro fin que crear un aura de leyenda en torno a la muerte de los desgraciados".

[...] "El cronista iba juntando las pruebas de un caso de investigación a su relato fantasioso, sin parar mientes a la verdad, le hacía seguimiento al caso de suicidio durante días y semanas, hasta convertirlo en asesinato".

[...] "El Tiempo daba un tratamiento diferente a la crónica, según la condición social de la víctima. Una dama anuncia su muerte, y los cronistas no entraban en detalles de mal gusto sobre las circunstancias de su muerte. En cambio si era de clase baja, abundaban en detalles humillantes".

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