Consultorio Ético de la Fundación Gabo
22 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

Fue publicada en Colombia una historia periodística sobre el nacimiento de un niño, hijo de una mujer secuestrada y de uno de sus secuestradores. Sobre este hecho, ocurrido en dominios de la guerrilla, el autor alega pruebas contundentes ¿Se violó el derecho a la intimidad? La polémica que generó este libro en los medios de comunicación giró alrededor de tres temas diferentes:¿Es noticia el nacimiento de un bebé en cautiverio, o es información amarilla?¿La difusión dada a esta noticia violó la intimidad de la madre?¿Fue ética la publicación de esta noticia en forma de novela, que el editor clasificó de testimonio?Conviene separar los tres temas porque cada uno de ellos tiene relación con valores éticos que rigen en el ejercicio profesional.¿Es noticia? Se dan todos los elementos de una noticia. Siguiendo a Lorenzo Gomis es noticia:

El hecho que, publicado, estimula las conversaciones y polémicas entre los receptores de la información.El hecho que, conocido y discutido, promueve cambios en la mente de las personas y en la vida de la sociedad.

Cuando se dan esos dos elementos, el periodista está ante la noticia más noticia (la expresión es de Gomis en Teoría del Periodismo). Y como estipulan los códigos de ética periodística: "la principal obligación del periodista es informar sobre los hechos de interés público de una manera exacta" (código de ética del CPB, Preámbulo).
En términos equivalentes se expresan otros códigos.

¿Se violó la intimidad? Siguiendo el texto citado, el tema de más viva discusión tuvo que ver con "el interés público" del hecho. Para la mayoría de quienes lo comentaron, se trata de un asunto privado e íntimo, que debió mantenerse bajo las normas que resguardan el derecho a la intimidad es un punto de vista que lleva a la conclusión de que al violarse esa intimidad, la divulgación el hecho no fue ética, puesto que violó un derecho ajeno.

El otro punto de vista parte de una mirada sobre lo que es un personaje público que no se limita al funcionario que desempeña cargos públicos, sino que abarca también a los personajes públicos que, sin ser funcionarios, actúan en y por el público, que es el caso de deportistas, artistas, escritores y famosos que, por su oficio, contraen compromisos públicos. Son "mi artista favorito", "mi equipo", "mi escritor predilecto", porque hay una relación real con el público. Si estos entran a hacer parte del patrimonio del público por el bien que aportan y la reciprocidad que generan, hay otra clase de personas con quienes se establece una relación análoga: son las víctimas de catástrofes naturales o sociales. Ellos entran a hacer parte del interés común. El del secuestrado no es un sufrimiento privado, es de todos, porque respecto de ellos algo falló y se puso en peligro toda la sociedad, por eso lo que a ellos les sucede es asunto de todos, por solidaridad social y porque la sociedad no debe ignorar un hecho que implica una amenaza para todos: por eso hay consternación general cuando ocurre un secuestro y hay alegría colectiva cuando se produce una liberación.

Dentro de estas consideraciones se llega a la conclusión de que este nacimiento en cautiverio no es un asunto privado sometido a unas rigurosas normas de preservación de la intimidad tiene interés público como todo lo que sucede a los personajes públicos, en cuanto el suceso tiene relación con el interés público.

La noticia como novela. Las dudas éticas se intensifican en este tercer aspecto del hecho, esto es, haber elegido el género novela para dar a conocer una noticia.

Menciona el código del CPB, citado antes, que es obligatorio informar sobre estos hechos "de una manera exacta". Y la novela, por definición, es una información verosímil pero no verdadera. Por eso afirmaba un novelista periodista, Arturo Pérez Reverte: "periodismo y novela son dos géneros antagónicos que se contaminan mutuamente y es peligroso que se contaminen". Y agrega: "si en una novela se nota que hay detrás un periodista, es una mala novela y si detrás de un reportaje se nota que eres novelista, el reportaje es malo".

Opiniones literarias aparte, la combinación de estos dos géneros afecta la exactitud que es un compromiso ético esencial para el periodista. Si a esto se agrega que por exigencias del género el tratamiento del hecho central, -el nacimiento de un niño en cautiverio- resulta ofensivo para la sensibilidad de la víctima y de sus parientes, el problema ético se agrava. El respeto debido a las personas que sufren es una obligación por sobre cualquier capricho literario.

Documentación.

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