¿Pierden credibilidad los noticieros que son pregrabados?
22 de Septiembre de 2016

¿Pierden credibilidad los noticieros que son pregrabados?

Foto: Pixabay.com

Dos noticieros locales tienen 30 minutos de duración y son grabados. ¿Pierden credibilidad? ¿El método de la emisión influye en su credibilidad? La credibilidad se puede deteriorar y perder de muchas maneras. Si los responsables de los noticieros intentan hacerle creer al público que sus emisiones son en vivo y en directo, están seriamente expuestos a una fuerte pérdida de su credibilidad porque toda mentira, explícita o implícita, debilita la fe con que el público suele acoger los noticieros u periódicos.

Si los noticieros advierten a su público que las noticias que ven son grabadas, el problema no se le plantea directamente a su credibilidad pero sí a la calidad del producto informativo. Hay una contradicción en los términos cuando se habla de noticiero grabado, porque es de la esencia de la noticia que sea nueva y actual. La grabación de un noticiero destruye la novedad y la actualidad. Esta práctica indirectamente lesiona la credibilidad porque el público, además de su evidente falta de actualidad, le reprochará una manipulación posible de la información que, aunque no se dé, aparece posible y, como aquí se ha repetido, no basta ser creíble, también hay que parecerlo. Y un noticiero grabado no parece creíble.

Documentación.

En cuanto a la información de la televisión, cabe hacer las siguientes puntualizaciones éticas:Los periodistas de televisión deben hacer suyos todos los principios ético-deontológicos.Deben limitarse a ser testigos calificados de los hechos reflejados en las imágenes. Lo suyo es testimoniarlos y no reconstruirlos.La televisión deberá presentar al público las noticias de la vida real, poniendo énfasis especial en que las imágenes sean fieles y exhibidas con gusto estético.El periodista de televisión debería estimular al espectador para que busque la información más objetiva posible, sin disimular las limitaciones del medio televisivo y las eventuales manipulaciones impuestas a veces por la necesidad. Por ejemplo, el presentador de noticiero no debería decir nunca como ocurre siempre: "estas son las principales noticias del día", sería más correcto decir: "estas son las noticias que han llegado a nuestra redacción", o expresiones parecidas.Niceto Blázquez.
ética y Medios de Comunicación. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 1994. Página 539.

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