¿Es el periodista un ciudadano privilegiado en estos tiempos de globalización y avance de las ciencias y la tecnología? En cualquiera circunstancia puede ser mirado como un privilegio el acceso a la información pública, el uso de los medios de comunicación y la relación que se genera con la ciudadanía. Tanto la globalización como los avances tecnológicos y científicos intensifican esa relación privilegiada porque una y otras crean la necesidad de conocimiento que el periodista sirve con su información.
Es importante tener en cuenta que el periodista genera y comunica conocimiento y que éste, a su vez, es un elemento, entre otros, para la producción de libertad.
Por el contrario, en un mundo globalizado y de avances científicos y técnicos, el conocimiento escaso o de mala calidad hace manipulables a las personas y fortalece el poder de un grupo humano sobre los demás.
A ese privilegio debe corresponder una equivalente responsabilidad. Se trata de responder por el poder que confiere un medio de comunicación que permite llegar a la conciencia de las personas por la vía de la información. Esta entrada a la conciencia ajena implica el deber de preparar con cuidado los contenidos, con estudio minucioso de los hechos y la obligación de prever los efectos de esa información para acentuar los que son benéficos y minimizar y prevenir los dañinos.
A más información, por consiguiente, mayor responsabilidad y más privilegiada condición para el periodista.
Documentación.
Como periodistas la tensión entre lo global y lo local nos toca particularmente. Para aquellos que trabajan en el centro del mundo, todo lo que allí sucede tiene automáticamente valor central por sí mismo. Pero para los que trabajamos en la gran periferia es muy importante entender que debemos buscar lo universal en cualquier tema, aquello que revela al mundo entero en una gota de agua. Porque una gota de agua contiene al mundo, pero hay que saber encontrar al mundo en una gota de agua.
Cada vez que nos proponemos escribir acerca de un tema, debemos preguntarnos qué tiene de universal: cuál metáfora, signo o símbolo que nos permita pasar de lo pequeño a lo grande. Debemos hacer una reflexión porque sólo si encontramos ese vínculo, este pasaje entre lo local y lo universal, nuestro texto tendrá peso y valor. Sólo así el lector descubrirá en nuestro texto, junto a la historia concreta, un mensaje universal, una pista que ayude a descifrar las leyes del mundo.
¿Por qué algunos textos pueden vivir cien años y otros mueren al día siguiente de su publicación? Por una diferencia capital: los textos que viven cien años son aquellos en los que el autor mostró a través de un pequeño detalle, la dimensión universal, cuya grandeza dura. Los textos que carecen de este vínculo desaparecen.
Ryszard Kapuscinski.
Los cinco sentidos del periodista. FNPI y Fondo de Cultura Económica. México 2003. Páginas 66 y 67.