¿El salario del periodista lo puede llevar a verse inmiscuido en actos contrarios a la ética periodística? A primera vista la situación salarial de un periodista y la ética no tienen relación. En la práctica se está demostrando que un mal salario hace casi imposible un ejercicio ético de la profesión.
Uno de los factores más frecuentes en los conflictos éticos de los periodistas latinoamericanos es un mal salario, porque determina un riesgo cierto para la independencia. En busca del dinero indispensable para sobrevivir con los suyos, el periodista llega a depender de quien le proporcione dinero. Esta dependencia es particularmente dañina cuando quien beneficia al periodista menesteroso es su fuente de información.
En otras ocasiones el mal salario viene acompañado de prácticas que lesionan la dignidad y la independencia del periodista, es el caso de la venta de publicidad, o el desempeño simultáneo de actividades como las relaciones públicas o la publicidad.
El mal salario no solo compromete la independencia, también suele impedir el acceso del periodista a la verdad porque intereses ajenos, o el propio interés del periodista se convierten en obstáculos para que llegue a la verdad de los hechos o para que se la difunda.
Generalmente delincuentes y corruptos se valen del soborno para silenciar a los periodistas y encuentran una situación propicia para hacerlo cuando encuentran periodistas mal pagados por su empresa periodística.
Por último, la responsabilidad del periodista para con la sociedad, que los códigos de ética señalan como la primera lealtad profesional, resulta sustituida por otras lealtades que operan como las principales. Por la vía de las necesidades insatisfechas, el periodista resulta más comprometido con una empresa, un partido político, un funcionario o un político que le retribuyen por sus servicios lo que deja de pagarle la empresa periodística.
Cuando al periodista se le paga un mal salario, o se le paga con cupos de publicidad, se le hace imposible el ejercicio ético de su profesión porque se lo hace vulnerable al soborno, o se lo obliga al heroísmo. Algunos desempeñan heroicamente la profesión, pero esto no puede imponerse como condición común.
Documentación.
En el ejercicio de su profesión el periodista respeta el principio de incompatibilidad con la ética profesional de recoger o servir como intermediario para obtener anuncios o textos periodísticos que tengan, en realidad, el carácter de anuncios.
Código de los periodistas yugoslavos. A 19 a.
El periodista debe negarse a elaborar cualquier material de carácter publicitario.
Código de los periodistas portugueses. Cap. 1.n.
El periodista no podrá recibir remuneración alguna de entidad pública o privada que deba frecuentar por razones informativas. Es incompatible el ejercicio simultáneo del periodismo con el de relaciones públicas o asesorías de prensa.
... El periodista no podrá aceptar un sueldo o salario inferior al mínimo establecido por el Colegio o en los contratos sindicales laborales que estén vigentes.
Código ético del periodista venezolano. A 19 y 21.
Quien motivado por intereses particulares, bajo cualquier forma, ejerciendo funciones de redacción al mismo tiempo recoge o ayuda a recoger y publicar anuncios, podría sufrir la pena de suspensión de seis meses, hasta la baja de la Asociación.
... Quien perjudica a sus colegas efectuando trabajos por una remuneración más baja podría sufrir la pena desde la reprensión hasta la suspensión por tres meses.
Código de conducta de los periodistas de Polonia. A 20 y 22.
Ninguna recompensa sin trabajar y ningún trabajo sin recompensa. Un periodista espera ser pagado adecuadamente mientras trabaje activamente.
Ley de deontología de los periodistas griegos. A 40.