La información ambiental es una de las áreas más fértiles para el desarrollo del periodismo de datos, y existen diversas herramientas para convertir esos datos en algo visible y comprensible para todos. Esta fue la premisa bajo la cual se llevó a cabo el taller ‘Periodismo de datos y visualización de información sobre medio ambiente y reciclaje inclusivo’, convocado por la Fundación Gabo y Latitud R.
El taller fue conducido por el periodista científico Javier Flores Murillo, director digital de la revista National Geographic España, quien durante seis sesiones virtuales, (27 y 29 de septiembre; así como 1, 4, 6 y 8 de octubre) compartió sus conocimientos de periodismo, ciencia y medio ambiente con 15 periodistas de 11 países latinoamericanos: Argentina, México, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Asimismo, el taller contó con las ponencias de expertos en periodismo de datos, en infografía y en reciclaje inclusivo, quienes mostraron a los talleristas la importancia actual de la información ambiental; así como las técnicas y estrategias para una mejor difusión de estas temáticas, que han ido adquiriendo cada vez más relevancia en la agenda periodística, debido a la crisis climática mundial.
Economía circular: el cambio de paradigma
Antes de sumergirse en el universo de la data, Javier Flores repasó con los talleristas los conceptos básicos sobre economía circular y periodismo ambiental, a fin de estar todos en la misma sintonía: emergencia climática y cambio climático; economía circular y economía lineal; reciclaje, recicladores y reciclaje inclusivo; agua y otros recursos; productos y servicios; plásticos y otros materiales; planeta Tierra; energía; ciencia y su divulgación, entre otros. Para contar con una definición precisa, el conductor del taller sugirió revisar el Glosario ambiental de la organización mundial World Wide Fund for Nature (WWF).
Flores Murillo explicó que la economía circular no solo se basa en reciclar residuos, o aplicar las conocidas ‘tres R’ del medio ambiente (reducir, reutilizar y reciclar), sino en un cambio total del paradigma de consumo: abandonar el esquema vertical de compra-uso-desecho, y adoptar uno circular en el que los materiales ‘vivan’ el mayor tiempo posible antes de convertirse en basura.
En esto coincidió Luis Miguel Artieda, gerente de Programas Regionales de Reciclaje y Ciudades Sostenibles de la Fundación Avina (miembro fundador de la plataforma Latitud R). Artieda agregó que la economía social es un cambio del paradigma en el que hemos caído en las últimas décadas, según el cual el objetivo es consumir lo más posible (porque eso nos hace felices), lo más rápido posible, la mayor cantidad posible y luego tirar para volver a consumir. Indicó que el objetivo no es hacer ajustes sino rediseñar todo el sistema, pero con una visión más realista de la economía circular que le permita empezar a ejecutarse ya mismo. “Debemos tener una visión crítica, la emergencia climática es real y no podemos quedarnos en una visión, debemos aterrizarla”, puntualizó en su ponencia.
Dentro de este plan, añadió, uno de los actores más importantes es el reciclador de base, quien se dedica a recolectar residuos reciclables para venderlos y obtener un ingreso, pero lleva a cabo esta labor en condiciones infrahumanas. Pese a ello, en Latinoamérica la mitad de lo que se recupera es gracias a los dos millones de recicladores de base, según datos de Latitud R, por lo cual las sociedades tendrían que agradecerles por este beneficio social y ambiental.
“Muchos de ellos no eligieron trabajar en eso, se inventaron ese trabajo hace décadas; lo hacen en el marco de la necesidad, pero lejos de generar daño a la sociedad, el modo de vida que hallaron genera beneficios: en vez de ser un problema social, son una solución innovadora a un problema estructural”, dijo Artieda.
Por ello, sugirió aumentar otras tres R a la premisa: reconocimiento, remuneración y recolección segregada. Reconocer a los recicladores como solución a la problemática en que estamos sumidos con la crisis ambiental, ya que un reciclador invisibilizado o perseguido no puede contribuir a la solución, solo va a luchar por sobrevivir. Remunerar a quienes realizan la mayor parte del reciclaje en la región, muchas veces sin ningún pago; y recolectar los residuos separados desde la fuente para evitar que se mezclen, ya que esto impide su recuperación y no permite dignificar el trabajo de los recolectores.
‘Recolectando’ información
Por su parte, Javier Flores indicó que desde la perspectiva periodística, hay tres actores del reciclaje a tomar en cuenta: usuarios, empresas y gobierno. La política no es ajena al medio ambiente porque muchas empresas no toman acciones “ecológicas” hasta que las leyes las obligan; y porque gran parte de los datos que utilizaremos provienen de instituciones gubernamentales, como los ayuntamientos o ministerios de medio ambiente.
Para ilustrar cómo y dónde se pueden buscar datos sobre medio ambiente, el periodista tomó como ejemplo los planes de economía circular de varios países, como su natal España, Colombia, México y Argentina. “Todos nos llevan al mismo lugar: la necesidad de periodismo ambiental que revise si los gobiernos están cumpliendo sus planes, y de contar bien las historias”, apuntó.
Para obtener los datos, a veces es necesario hacer solicitudes vía transparencia, pues no siempre la información está disponible y pública, y los tiempos de respuesta suelen complicar el trabajo periodístico. Los talleristas cuestionaron cuánto tiempo se debe esperar a un gobierno que no entrega los datos, y qué otras fuentes pueden servir en sustitución de las oficiales, a lo que Javier sugirió presentar dos solicitudes, y si no responden, mencionar en el reportaje que la institución no entregó la información.
Otra posibilidad, dijo, es buscar el dato que necesitamos con partidos de oposición o con organizaciones civiles, quienes también suelen hacer solicitudes de información pero con la ventaja de que ellos sí pueden esperar lo que los periodistas no, y a veces “almacenan” los datos para sus informes o, precisamente, para compartirlo con la prensa. En todos estos procesos, Flores Murillo recordó que idealmente debe quedar constancia de que se les pidió la información.
Una vez que se obtienen los datos, estos pueden convertirse en la noticia misma, o enriquecerla: ofrecen contexto, permiten comparar con otras regiones, con otros sectores económicos o sociales, y en general aportan más calidad al producto periodístico, de acuerdo con el conductor del taller.
Antes de trabajar con datos hay que hacerse varias preguntas, según Javier Flores:
1. ¿Enriquecerá el relato?
2. ¿A qué público van dirigidos?
3. ¿Qué lapso se analizará?
4. ¿Qué zona-países- empresas se analizarán?
5. ¿Qué datos nos interesa mostrar? “No tenemos que mostrar todos, aunque haya costado trabajo hallarlos, si no tienen interés ni aportan, no es necesario mostrarlos”, sentenció.
6. ¿Es posible sintetizar o agrupar los datos para hacerlos más comprensibles y simplificarlos? En la presentación de los datos, menos es más: a veces intentar generar un gráfico enorme lo vuelve menos comprensible.
Una de las ponentes invitadas al taller fue la prestigiada analista de datos Hassel Fallas, quien ilustró la utilidad de los datos en periodismo, con una analogía: “es como masticar en lugar de deglutir lo que una fuente nos da”.
Los datos, dijo, nos ayudan a crear o encontrar noticias de mayor impacto y valor para la audiencia, ofreciéndole una visión más amplia de la información. Como ejemplo de un buen uso de los datos, mencionó la investigación ‘Los explotadores del agua’, finalista del Premio Gabo 2020 en la categoría Cobertura.
La experta en investigación periodística con bases de datos cuenta con un sitio web en el que ofrece “trucos” para acceder a ellos, y durante el taller compartió algunos consejos básicos. Antes de solicitar información a un gobierno, lo primero es conocer la legislación del país sobre el acceso a información, revisar los reglamentos para saber qué información está clasificada. En caso de requerir alguna asesoría para conocer o entender las leyes, se puede buscar a expertos de las instituciones de Estadística para tener nociones de cuáles datos manejan y qué variables incluyen.
Cuando algún país niega datos a los periodistas, otra alternativa es buscarlos a través de organismos internacionales con los que los gobiernos tienen compromisos ineludibles, como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial, que exigen informes a los estados a los que les hacen préstamos. “A veces algunos datos que nos niegan están en reportes de esas instancias, esa puede ser otra forma de tratar de romper ese cerrojo”, indicó Hassel Fallas.
Sobre esto, Javier Flores señaló que algunas de las fuentes alternativas podrían no ser confiables; a lo que Fallas respondió que para asegurar que lo sean, se puede revisar las metodologías que usaron esas instituciones para realizar un informe, hacerles una especie de “auditoría”, para ver qué tan confiable es su información. Agregó que suelen ser más confiables los organismos con años de prestigio, y otro indicador de su fiabilidad es que publiquen sus diccionarios de datos.
Otra estrategia de ayuda es contrastar nuestra información con otras personas que hayan investigado el mismo tema antes, o que lleven tiempo investigando sobre nuestro tema. “Como periodistas de datos debemos someter nuestra hipótesis y su sustento, al escrutinio de otros investigadores”, sugirió la especialista.
Entre los talleristas surgió la inquietud de cómo informar sobre planes ambientales de las empresas sin caer en la publicidad, especialmente de corporativos que ‘lavan’ sus malas prácticas con planes ecológicos (greenwashing). El gerente de comunicaciones de Latitud R, Pablo Baños, recordó que en talleres anteriores organizados por la Fundación Gabo y Latitud R se ha abordado el cómo no caer en una satanización o santificación de las empresas, lo que implica un intenso trabajo del periodista de sentarse a revisar evidencias para no caer en polaridades.
El vocero subrayó que esto se vuelve un desafío en un momento de tanta desinformación y noticias falsas, pero no se puede dejar fuera a las empresas porque son un actor clave dentro de la información ambiental; en todo caso, dijo, hay que curar los contenidos para no caer en la publicidad. “Al menos hay que tener curiosidad y será el trabajo de los periodistas descubrir si hay greenwash o no. Para eso están estas capacitaciones”, dijo.
Finalmente, Hassel Fallas mencionó que los datos deben ir siempre acompañados de una adecuada visualización, pues la comprensión del lector dependerá de cómo se le presente la información. No obstante, se debe cuidar de no caer en el error de destacar más las herramientas de visualización que la información misma. “El reportaje no es sobre lo que uno sabe hacer, lo principal es el enfoque y la consecuencia que esos datos pueden tener en la vida de las personas, nuestra metodología no debe ensombrecer la noticia”, puntualizó.
Además de los consejos de la analista de datos, los talleristas pudieron conocer el método de trabajo de Fernando Gómez Baptista, infografista de la revista National Geographic, invitado al taller. El artista gráfico les contó cómo ha desarrollado su trabajo tanto en medios de información diaria como en revistas especializadas. “Si sobrevives al día a día en un periódico, estás capacitado para casi todo”, dijo.
Luego de presentarles ejemplos de su trabajo y mostrar algunas piezas interactivas que han tenido gran éxito entre los lectores de National Geographic, Gómez Baptista aconsejó a los talleristas ser creativos y no tener miedo de recurrir a herramientas novedosas para mantener la atención de los lectores, tanto con infografías como con aplicaciones en línea que ayuden a visualizar mejor la información.
No obstante, les recordó que el trabajo presencial en periodismo es básico, por lo que siempre deben acudir a los sitios que van a investigar, aunque se trate de periodismo de datos. “Es importante ir a los lugares para situarte, desde ir a Jerusalén a ver la tumba de Jesús, hasta una conferencia o un accidente, es importante estar”, indicó el experto.
Consejos técnicos
La visualización en periodismo de datos es tan importante como la información, por lo que conviene a un periodista que esté realizando este tipo de investigación –sea dentro de una redacción o como independiente– conocer las herramientas que le ayudarán a presentar mejor sus hallazgos. Durante el taller, los tres periodistas expertos enlistaron las más utilizadas y las estrategias que les han ayudado en su tarea diaria.
“Yo intento que visualmente sea bonito”, dijo Fernando Gómez Baptista al grupo de talleristas que se mostraban asombrados con su trabajo. En una infografía suele haber muchas capas de información, abundó, por lo que es importante saber contar la historia al lector cuando ya se tiene su atención, evitar que esta decaiga. Se debe seleccionar cuidadosamente los datos que se incluirán en la infografía, seleccionar lo más novedoso, intentar que sea algo que no se ha dicho o visto antes.
En caso de que nuestra información no sea totalmente nueva, hay que tratar de hacerlo mejor y buscar qué puede aportar nuestra infografía. “Todo se puede explicar visualmente, al final es buscar, es perfecto usar cualquier técnica que motive al lector. Puedes visualizar distinto incluso unas barras, que son la clásica infografía; me gustaría que piensen que hay algo más, no hay que limitarse”, insistió el artista gráfico, quien por cierto también utiliza el temido por muchos Excel para organizar los datos de una ilustración o infografía.
También instó a los talleristas a cuidar de no cometer una falla común que él ha detectado en la información gráfica: plasmar datos sin mostrar ninguna conclusión. El usuario no solo busca un dato interesante sino que le diga algo, no se trata de presentar una base de datos hecha con todo lo que recopilamos sino llegar a una hipótesis o conclusión con ellos, y ofrecerlos de una manera sencilla e idealmente interactiva.
Por su parte, Hassel Fallas señaló que la importación de las bases de datos es uno de los pasos más importantes y es donde suelen presentarse más fallas en este tipo de periodismo, donde lo primero es enfrentarse al formato. Pidió a los participantes no tratar de huir cuando los datos se presentan en códigos ilegibles, casi siempre los descargables son un archivo Excel o CSV. Cuando faltan datos que necesitamos, podemos producir nuestra propia base de datos adicional para complementar, tener base A y base B; después cruzarlas usando la función “búsqueda vertical” de Excel, que busca valores iguales de ambas bases y las junta.
“Es prueba y error, no hay que frustrarse si no sale bien a la primera”, expresó la analista. “No se bloqueen, si piensan que es difícil, lo será. Para aprender hay que buscar un problema, sobre todo en periodismo. Hay que buscar solución a cada uno de los problemas que se van presentando”, subrayó.
También es necesario “limpiar” las bases de datos para evitar fallos en las conclusiones: eliminar los espacios vacíos, las mayúsculas, los errores ortográficos o de redacción (porque el análisis no los va a reconocer a la hora de reunir los datos); unificar y estandarizar las fechas cuando se presentan en formato estadounidense, etc.
Otro consejo que ofreció es detectar los valores extremos en las bases de datos, ya que cuando algún dato se sale por completo del promedio, puede ser un error o podría tratarse de un dato noticioso, algo que pueden traer detrás una historia notable.
Entre las herramientas que ella utiliza está el programa RStudio, que además tiene una comunidad detrás que puede ayudar a resolver dudas en línea; así como Python y Tableau, pero sugirió empezar con las hojas de cálculo. Haciéndose preguntas sencillas, por ejemplo: cómo sumar variables, poco a poco irán teniendo un bagaje que irá añadiendo capas y será más fácil conforme adquieran práctica.
Para ir “perdiéndole el miedo” a Excel, Javier Flores sugirió “ensayar” con tablas hechas con información personal, como los gastos domésticos, para ir probando nuestras habilidades con los datos.
Un consejo que Hassel Fallas da con frecuencia a sus alumnos del Centro de Formación en Periodismo Digital (CFPD) es hacer una primera redacción o borrador del reportaje con todos los números; luego una segunda sin números, y una tercera con solo seis datos, sin que estos vayan al principio. “Y las infografías deben ilustrar la hipótesis, no solo poner datos; es un texto visual, es igual o más importante que el texto”, apuntó.
En tanto, Javier Flores Murillo enlistó las herramientas que pueden ayudar a enriquecer los relatos:
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Flourish. Herramienta que permite transformar tablas de datos en gráficos dinámicos, mapas interactivos e historias enriquecidas. Muy sencillo, gratuito, con muchas posibilidades gráficas, dispone de mapas precargados de muchas regiones, gran capacidad de personalización; incluye previsualización; contiene ejemplos para desarrollar ideas propias y plantillas con distintos tipos de gráficos, que se pueden personalizar.
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Datawrapper. Muy parecido pero un poco más lineal, más “limpia”.
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Piktochart. Más adecuada para redes sociales, pero también pueden surgir ideas para los textos.
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Google Earth y Maps. Para mostrar cambios en ecosistemas.
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Story map y story line. Para líneas del tiempo o rutas.
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Soundcite. Genera citas en audio en mitad del texto.
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Thinglink. Aunque es de pago, permite poner puntos enriquecidos para que el usuario haga click sobre el punto que le interesa.
Sobre Javier Flores Murillo
El conductor del taller es licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid y de Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Toda su vida periodística ha estado vinculada al ámbito científico y de la divulgación. Tras escribir algunos reportajes para la revista especializada Energías Renovables, se formó durante varios meses en la Oficina de Información Científica de la UC3M, de donde pasó al mundo editorial de la mano de la revista GEO, un medio muy vinculado con la ecología, la naturaleza y el cuidado del planeta. Posteriormente, se convirtió en el responsable digital de la revista Muy Interesante, referente del mundo de la divulgación científica. Desde hace 6 años es el director digital de la revista National Geographic España, donde se tratan temas vinculados con el medio ambiente, la naturaleza, las energías renovables, la ecología y el mundo científico en general aprovechando las posibilidades digitales y de las nuevas tecnologías.
Sobre el taller
La Fundación Gabo en alianza con Latitud R convocó al taller virtual ‘Periodismo de datos y visualización de información sobre medio ambiente y reciclaje inclusivo’, que se realiza los días 27 y 29 de septiembre, así como el 1, 4, 6 y 8 de octubre. La actividad es conducida por el periodista Javier Flores, director digital de la revista National Geographic España.