En los años recientes los migrantes han sido objeto de una de las mayores campañas de estigmatización contra un grupo humano. El discurso de exmandatarios como Donald Trump, en Estados Unidos, contra todo el que atravesara ilegalmente las fronteras de su país, en especial si provenían de Latinoamérica, encarnó los ideales de la xenofobia y la discriminación, creando un ‘muro’ de contención verbal y político frente a quienes salieran de su lugar de origen en busca de protección internacional. Y esto promovido desde una nación como la estadounidense, que con más de 50 millones de inmigrantes internacionales es el principal destino de flujos migratorios del mundo, según reportes de las Naciones Unidas.
Precisamente por esta notoriedad mediática y no pocas veces sensacionalista que ha adquirido el fenómeno migratorio, los medios de comunicación, cada vez en mayor medida, se han visto abocados a tratar de entender las causas y consecuencias de un problema que atraviesa todas las capas sociales y desnuda las intenciones detrás de los proyectos políticos, las medidas de seguridad nacionales y el crimen organizado.
La cara oculta de la migración traza un camino tan mutable que los mismos periodistas deben continuamente replantear sus métodos, sin dejar de lado los principios éticos de todo cubrimiento periodístico, en especial cuando están tratando con una “materia prima complejísima que es un ser humano”, como advierte el periodista salvadoreño Carlos Martínez.
Las dificultades de abordar este tema y las formas en que atraviesa a la sociedad actual se analizaron en el encuentro ‘Migración en Centroamérica: más allá de la frontera sur’, segunda charla del ciclo ‘Territorios no explorados de la migración: fronteras, movilidad e integración’, convocado por la Fundación Gabo en el marco de la alianza con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Participaron Alberto Pradilla (México/España), periodista de N+ Focus, especializado en la cobertura de temas migratorios; Carlos Martínez (El Salvador) reportero de investigaciones especiales del El Faro; Mónica González Islas (México), fotógrafa y documentalista; y Cindy Regidor (Nicaragua), periodista de Confidencial, editora y fundadora de Nicas Migrantes.
Las reflexiones
1. La movilidad migrante ha crecido
Según Mónica González Islas, uno de los puntos “más difíciles de asimilar” del fenómeno migratorio actual es que la movilidad ha crecido de manera masiva: “Demasiada gente está transitando”. Esto provoca cambios en el panorama de la migración en regiones como la centroamericana, que enfrenta períodos de desastres naturales y acoso gubernamental. En México, dice la periodista, existe un hacinamiento de gente que busca transitar, y la migración interna se ha disparado a causa de la violencia. Todo ello “agrava las condiciones porque las políticas se endurecen”.
Como señala un boletín de la OIM, “México es uno de los principales países de origen de personas migrantes internacionales”; en 2020 ocupó el segundo lugar a nivel mundial después de India en 2020. En los últimos años, México también ha crecido como país receptor de migrantes. De acuerdo con Alberto Pradilla, “la composición del migrante” que transita a Estados Unidos se ha transformado mucho hoy en día. A ese país, contó Pradilla, ya no solo llegan mexicanos y mexicanas: desde 2010 se han sumado en buena medida países de suramérica e incluso China, Rusia y algunas naciones africanas.
Una consecuencia del punto anterior es que el fenómeno migratorio sufre cambios profundos en sus distintos momentos o aristas y ese conocimiento debe reflejarse en la cobertura de este tema. Como señala Carlos Martínez, han cambiado la composición de las personas que intentan moverse al norte, las rutas –unas con mayor auge que otras–, las ciudades donde se concentra la migración, y se transforma el mapa del crimen organizado que condiciona las rutas y las circunstancias del tránsito.
2. La migración encierra un contundente mensaje político
Carlos Martínez hizo hincapié en la cobertura como “crisol de realidades y transformaciones políticas”. Los cambios en la composición de la migración permiten entender aspectos sobre los países de donde provienen los migrantes, y revelan “un contundente contenido político de las narrativas y propagandas de cada país”. El flujo migratorio, así como las subidas o bajadas de una u otra nacionalidad conducen a una pregunta crucial: “¿Qué ocurre en las regiones de las que provienen los migrantes, cómo se adivinan los tránsitos, acentos y estridencias políticas en esa cantidad de humanos que sube y baja de trenes, que pide permisos legales apiñándose en las fronteras?”
Para Martínez los migrantes “son un discurso político profundo” que no suele leerse así. La cobertura de la migración consigue visibilizar esto, poniendo el acento en qué nos dice políticamente la composición de las personas migrantes y de sus lugares de origen. Como ejemplo para este punto, Cindy Regidor habló del “éxodo sin precedentes” a raíz de la represión política del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. Si bien en el país ha habido una migración histórica a causa de la inestabilidad política y económica, a partir de 2018 se ha incrementado debido a la represión estatal, llegando a 750 mil personas obligadas a migrar en un país de 6 millones de habitantes.
3. La importancia de pisar el terreno
Alberto Pradilla recomienda a los periodistas “desconfiar” de los gobiernos y de la “narrativa oficial”, pues normalmente desde la administración pública se le resta importancia al hecho de que haya gente huyendo por problemas de violencia, hambre, miseria y/o autoritarismo; o por el contrario el fenómeno es asumido “como un problema de seguridad pública” y se le da una respuesta “racista”. Por eso insistió en que los periodistas deben “pisar el terreno” y hablar directamente con quienes se encuentran en tránsito migratorio. “No hay mejor receta para comprender la migración que realizar el trayecto, acompañar, preguntar y seguir preguntando”.
4. La seguridad en la cobertura es de vida o muerte
Al realizar viajes de cobertura que siguen trayectorias de migración, en las que muchas personas mueren o desaparecen (se estima que, por lo bajo, 4.000 personas al año en el mundo), es importante hacer un examen de las posibles adversidades o dificultades que se pueden presentar en la ruta. Mónica González Islas recomendó crear equipos o colectivos de investigación para mantenerse informados y transitar de la forma más segura y preparada posible, alejándose de la desinformación que abunda en internet o haciendo el trabajo de verificación necesario en cada etapa del proceso periodístico.
Sobre este mismo punto, Cindy Regidor recomendó realizar una investigación previa meticulosa, evaluando la posibilidad de contratar –y pagarle– a facilitadores –también conocidos como fixers– que puedan reconocer las condiciones del lugar, guiar y dar información sobre las fronteras o zonas más peligrosas debido la influencia del narcotráfico en la movilización de migrantes.
Por otro lado, Regidor apuntó que los riesgos también deben evaluarse sobre las personas en tránsito que son entrevistadas como fuente. Difícilmente estas tienen una idea precisa de lo que implica hablar con un medio y acceden a hacerlo para hacer “catarsis” de sus vivencias. Es una situación en la que al periodista le corresponde discernir qué incluir en su reportaje para no poner en peligro a su fuente.
5. La cobertura de la migración va por buen camino
Aunque durante años la migración ha sido objeto del sensacionalismo y el amarillismo de los medios que ponen el foco en unos cuantos sucesos para desplegar miradas sesgadas, Cindy Regidor dice que la cobertura hecha “de una forma consistente es bastante nueva”. El tránsito de miles de migrantes por el llamado Triángulo Norte (compuesto por El Salvador, Guatemala y Honduras) dio lugar, en años pasados, a uno de los más sonados cubrimientos de la crisis, pero sin que ello desembocara en una cobertura diaria. “Hoy es el pan de cada día”, dice Regidor.
Y en ese trabajo diario ha sido fundamental “contar las causas, que tienen que ver con temas políticos y económicos”, además de enfocarse en lo que hacen los gobiernos para atender un fenómeno que está fuera de control. La periodista destacó que en los últimos años el cubrimiento se ha esforzado por humanizar a las personas que se desplazan masivamente, y más medios se han ido sumando a la agenda diaria o han abierto secciones de migración para ampliar el cubrimiento. En una de sus intervenciones, Carlos Martínez también afirmó tener “una mirada optimista” acerca de cómo los medios y periodistas han comprendido que se trata de “un fenómeno multicausal y multidimensional que implica una tarea intelectual”.
6. El cambio climático: decisivo en el cubrimiento
Evidenciar las conexiones que presenta un tema con otros permite analizar panoramas más completos. En la migración, el cambio climático es un factor crucial, que, como subrayó Carlos Martínez, revela aspectos económicos, discursos políticos y circunstancias migratorias de los países. De manera que la cobertura integral del cambio climático y sus consecuencias, así como de la migración y sus efectos, “nos obliga a los periodistas a conectar con colegas que tengan el ojo en otra especialidad de cobertura”.
Martínez hizo énfasis en la importancia de rastrear las consecuencias de un fenómeno y de explicarlo con todas sus causales. “El cambio climático será en adelante uno de los aspectos de la realidad que hay que abordar con mayor seriedad y persistencia”.
7. El “periodismo paracaidista” deshumaniza las historias
En el cubrimiento de la migración no hay que olvidar que estamos tratando “con una materia prima complejísima que es un ser humano”, dijo Martínez. Al acompañar en terreno a un migrante indocumentado, se está ante “un grupo de personas en momento de vulnerabilidad y en una circunstancia en que son victimas apetecibles”, que no “están dispuestos a denunciar atropellos y están lejos de la acción de las autoridades”. A la hora de profundizar en sus historias se corre el riesgo “de dibujar a personas de una dimensión o dibujar víctimas puras, pero los seres humanos son más complejos, su talante cambia según las circunstancias”.
Por esta misma razón, la cobertura del fenómeno migratorio no puede ser de “entrada y salida”, no puede aplicar las reglas del –como también lo llamó Martínez– “periodismo paracaidista”: recoger dos o tres testimonios e irse, sin posibilidad de verificar o profundizar en lo que el otro dice. “No hay que forzar, presionar o buscar la anécdota por encima de todo. Recordar que somos seres humanos: empatía y acompañamiento”, dijo Alberto Pradilla.
Sobre los panelistas
Alberto Pradilla
Periodista especializado en temas de derechos humanos, migración, política y violencia. Ha realizado coberturas para prensa, radio y televisión en países como Libia, Ucrania, Venezuela o Palestina. Reportero en N+Focus, unidad de investigación de N+, en México. Ha publicado “Caravana: cómo el éxodo centroamericano salió de la clandestinidad” (Debate, 2019) y colaborado en “Migrantes de otro mundo” (Aguilar, 2020) y “Colapso” (Grijalbo, 2022).
Mónica González Islas
Fotógrafa y documentalista mexicana que se centra en temas sociales y políticos en México y América Latina, tales como migración, género, derechos humanos y violencia.
Colaboró para la Red de Periodistas de a Pie, Centro Latinoamericanode Investigación Periodística (CLIP), Quinto Elemento Lab y A donde van los desaparecidos, actualmente es staff del diario El País México y América. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo en México en el 2011. Premio Gabo (2021) en la categoría Texto con el trabajo La masacre de Tamaulipas: el sueño americano muere en México. Premio Gabo (2019) en la categoría Cobertura con el trabajo El país de las dos mil fosas. Premio Gabo (2019) en la categoría Innovación con el trabajo Mujeres en la vitrina, migración en manos de la trata zonadivas.info. Premio Gabo (2017) en la categoría Imagen con el trabajo Buscadores en un país de desaparecidos.
Carlos Martínez
Es periodista desde hace 23 años. Actualmente es reportero del equipo de investigaciones especiales del periódico salvadoreño El Faro. Es autor del libro “Juntos, todos juntos”, relato de la primera caravana de migrantes centroamericanos que recorrieron México en su intento de llegar hasta los Estados Unidos.
Ha publicado en medios como The New York Times, Washington Post (EEUU), Revista Gatopardo (México), Siglo XXI (Francia), El País (España). Parte de su obra ha sido recogida en libros compilatorios de crónica como “Lo mejor del periodismo de América Latina II” (FNPI); “Antología de crónica latinoamericana actual” (Alfaguara); “Crónicas Negras: desde una región que no cuenta” (Aguilar); “Crónicas desde la región más violenta (Debate); “Historias para no olvidar” (El Faro). “Colapso México, los culpables y las víctimas de nuestra crisis climática” (Grijalbo).
Ha sido galardonado con el premio de periodismo Fernando Benitez (FIL, México, 2008), el Premio Ortega y Gasset (España, 2011); el premio latinoamericano de periodismo de investigación (Brasil 2013); el premio Centroamérica Cuenta, organizado por la revista Caretas y la Fundación Gabo (Nicaragua, 2014); el Hillman Prize (New York, 2018), el premio Rey de España (España, 2019) y el premio Gabo en dos ocasiones (Colombia, 2020 y 2021).
Cindy Regidor
Periodista nicaragüense con quince años de experiencia en prensa escrita, televisión y medios digitales. Cuenta con una especialización en producción audiovisual y una maestría en Medios de Comunicación, Estudios de Paz y Conflicto de la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas.
Actualmente forma parte del equipo de Confidencial y los programas audiovisuales Esta Noche y Esta Semana, medios de Nicaragua actualmente exiliados en Costa Rica, tras la persecución y criminalización de su director Carlos F. Chamorro y el hostigamiento hacia el resto del equipo, así como la censura, el allanamiento ilegal y confiscación de sus oficinas en dos ocasiones por parte del actual Gobierno nicaragüense.